sábado, 24 de mayo de 2014

Descubriendo oro en la mina romana de “Los Lagos de Villabuena”

Participantes en la inauguración de la ruta hasta Los Lagos de Villabuena


Esta pasada mañana la asociación cacabelense Ludus Bergidum Flavium organizó un recorrido por la zona de explotación aurífera romana ubicada en  Los lagos de Villabuena. Presidente, asociados y amigos recorrieron el paraje observando murias, cuevas, restos de canales y otras características del paraje, después de descubrir un panel informativo en Villabuena en presencia de la alcaldesa pedánea Silvia Ríos.
Silvia Ríos y Gonzalo González descubriendo el panel informativo en Villabuena
Un momento peculiar de la jornada fue la muestra de bateo realizada por Francisco Arias Ferrero del Instituto de Estudios Berciano. Se recogió material sedimentario y se lavó en la batea logrando encontrar, para alegría de todos,  unas micropepitas de oro que pudieron ir observando uno a uno todos los presentes. La arqueóloga Inés Díaz, Ivo Arias colaborador del Consejo Comarcal y el citado Francisco Arias se encargaron de explicar profusamente las peculiaridades del yacimiento.
Durante los últimos meses miembros de dicha asociación han venido realizando diversos estudios con la colaboración de expertos en el mundo de la historia, geología y arqueología con el fin de poner en valor esta espectacular (y casi desconocida) zona de nuestro municipio. Además se han encargado del desbroce y señalización para que sea más fácil el acceso desde Villabuena. Sin la espectacularidad de las Médulas,  Los lagos de Villabuena constituyen una magnífica muestra de similar explotación aurífera ubicada en un hermoso rincón del Bierzo.
Observando una de las  mini partículas de oro encontradas

jueves, 22 de mayo de 2014

Ludus Bergidum Flavium en busca del oro perdido


Ludus Bergidum Flavium desfilando el pasado verano


PUESTA EN VALOR DE LA MINA DE ORO ROMANA
“LOS LAGOS DE VILLABUENA”

Este próximo sábado día 24 de mayo, a las 10:30 horas de la mañana, tendrá lugar la puesta en valor de la ruta “LA MINA DE ORO ROMANA DE LOS LAGOS DE VILLABUENA”.
Es una apuesta de la asociación LUDUS BERGIDUM FLAVIUM y en especial del cónsul Dunviro Publio Tellus Vinicio y presidente de la Asociación Gonzalo González Guerrero, que después de más de un año de trabajo, investigación y encuentros con especialistas del tema, se enorgullece de poder añadir otro punto de interés turístico romano al municipio de Cacabelos, más concretamente al pueblo de Villabuena.
Además la asociación agradece a la Junta Vecinal de Villabuena-San Clemente la gran acogida de la idea y la buena disposición para poder llevarla a cabo, algo de lo que está, reitera, muy agradecida. Y en especial a la alcaldesa pedánea Silvia Ríos por su dedicación a la actividad, incluso acompañando en su propio todoterreno y poniendo a  disposición de la asociación cacabelense, si fuera necesario, sus terrenos particulares para colocar los diferentes carteles.
Además cuentan en la ruta con la participación del AMPA DEL COLEGIO VIRGEN DE LA V ANGUSTIA DE CACABELOS que aprovecha esta oportunidad para hacer una salida cultural con el alumnado.
ACTIVIDADES:
Dentro de las actividades, programadas para esa mañana de sábado;
-En primer lugar se descubrirá el panel informativo de la ruta situado en la plaza del pueblo de Villabuena que ha sido diseñado por Ivo García González después de una labor de investigación y encuentro con diferentes sorpresas agradables que disfrutaremos durante el paseo.
-En segundo lugar se realizará una visita guiada por la ruta de la mina de oro de unos 3 km. Para la misma estará presente Francisco Arias Ferrero, uno de los miembros responsables de la Sección de la Naturaleza y Senderismo del Instituto de Estudios Bercianos que a lo largo de la ruta disertará acerca de los tipos de yacimiento auríferos romanos en el Bierzo, en especial, de los métodos utilizados en la mina a cielo abierto de los Lagos de Villabuena.
-En tercer lugar Francisco Ferrero realizará una muestra de bateo romano en los sedimentos residuales de la explotación, sobre el Lago pequeño, en busca del preciado metal.
            -Y para concluir todos los asistentes podrán participar en una convivencia en la carpa de Villabuena: Miembros de la Junta Vecinal; El AMPA del colegio Virgen de la Quinta Angustia de Cacabelos y miembros de la Asociación Ludus Bergidum Flavium.

Retrospectiva Carralero: Retrato de Amando de Miguel


 Carralero y Amando de Miguel ante el retrato que se puede contemplar en el MARCA




El Ayuntamiento de Cacabelos, pone en marcha hoy el comentario de la semana de un  cuadro de la exposición del Museo Arqueológico. Comenzamos por “ Retrato de Amando de Miguel “ por el propio retratado.
Sociólogo zamorano, Amando de Miguel realizó estudios de postgrado en la Universidad de Columbia (Nueva York). Fue profesor visitante en las universidades de Yale y Florida (Estados Unidos) y en el Colegio de México. También es diplomado por la Escuela de Organización Industrial de Madrid y Catedrático de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid.

El retrato del alma
Contemplo todos los días el retrato que mehizo Carralero hace 18 años; se dice pronto. Me maravilla cada vez más. “Ese soy yo”, me digo, por mucho que mi físico, como es natural, ha seguido su curso. “Ese eres tú”, me dicen los amigos que lo ven. La conclusión es que el pintor penetró en mi alma. Si fuera un poco más materialista diría en mi carácter o en mi personalidad.
El género pictórico del retrato admite tres posiciones del modelo, de mayor o menor dignidad o según se sitúe en el plano de la mirada del observador respecto al retratado: 1 ecuestre, 2 pedante, 3 sedente. A su vez, cada una de estas tres formas presenta dos variantes: (a) vestido para la ocasión, (b) con ropa de andar por casa o por la calle. En todas las posibles combinaciones se  excluye la representación de la figura humana que no sea la de indentificarla con nombre y apellido. Caben algunas otras versiones y gradaciones, pero casi todos los retratos de la Historia caben en la clasificación anterior.
Es claro que el retrato que me hizo Carralero en 1996 me representa en posición sedente y con un atuendo que decimos informal. Estoy sentado, además, como realmente lo hago en mi sofá favorito, un Chéster auténtico.  Parezco sentarme un poco por debajo de la línea que traza la mirada del pintor y del observador. No se ha buscado una especial dignidad del retrato. La indica mi postura desmadejada, repanchingada incluso, en la que eternizó el pintor para mayor gloria suya. Es evidente que el modelo se siente orgulloso del maestro.
Me hallo confortablemente sentado frente  a una chimenea que no se percibe en el cuadro, que hay que adivinarla. Casi siempre escribo en esa postura, sobre una tablilla; si es ante la lumbre, en invierno, mejor. Las mesas a mi alrededor sirven para amontonar libros, papeles y recado de escribir. Es algo que se adivina vagamente en el fondo cárdeno de la composición.
La impresión de confortabilidad se subraya por el atuendo holgado que llevo, camisa y pantalón de una talla mayor de la que me corresponde. Al ser yo más bien cuellicorto, voy mejor descorbatado. Es así como me gusta, quizá la rebelión retardada de aquel recuerdo adolescente, en el que hasta la clase de gimnasia la dábamos con corbata. ¿Cómo no identificarme con el intrépido Guillermo Brown, siempre luchando contra su cuello de celuloide?
Pero el alma está en la cara y en las manos,  como trata de mostrar el cuadro. No hace falta mucha ciencia fisiognómica para llegar a esa conclusión. Tiendo a inclinar la cabeza, y eso que el pintor, en las largas sesiones no hacía más que enderezármela una y otra vez. Le bastaba un gesto convenido para que volviera yo  a colocar la testa en su sitio. Esa propensión a dejar caer la cabeza la atribuyo a mi carácter dubitativo, inseguro. Tampoco hace falta llegar a demasiadas interioridades. La cabeza un poco gacha es la que cumple para  leer o escribir, los dos menesteres más afines con mi vida de ocio o de negocio.
Creo recordar que el pintor detuvo el tiempo al mantener una posición en la que yo escuchaba a alguien. Naturalmente se trataba de la disertación de Carralero sobre el arte pictórica y, tras ella, todo lo humano y parte de lo divino. Certifico que el retratado aprendió mucho de aquellas sesiones.
Junto al rostro, las manos, que tan explicativas son en el cuadro. No es por casualidad. También aquí el pintor sagaz supo entender que en una parte oculta de mi personalidad termina en la yema de los dedos como si fuesen antenas. La  mano izquierda se adelante ingrávida al primer plano, mientras que la derecha trata de asir, defensivamente, el brazo del Chéster. Así caí en el sofá, y el pintor no me permitió adoptar otra postura más preparada. En efecto, de esa forma me dejo caer muchas en el asiento. Reconozco que para el observador puede parecer una actitud de desplante, como si quisiera decir “aquí estoy yo”. Mi interpretación es que esa postura se deriva de trabajar sobre un sillón más que sobre una silla. A veces me siento un tanto avergonzado cuando en una casa ajena caigo de esa misma forma desmayada en la butaca que me ofrecen.
A través del cuadro se trasluce ese diminuto mundo en el que me considero tan recogido. Se percibe un fondo de libros y carpetas. Así en casi todas las habitaciones de la casa. El material impreso es parte sustancial de mi vida. Me angustia dormir en cualquier lugar donde no halle un abarrote de libros. Ahora entiendo por qué, cuando tuve que pasar por la cárcel, logré colocarme de bibliotecario. Fue el momento de más radical soledad de mi vida. Los libros y papeles constituyeron entonces mi principal protección. En este caso el pintor los vió con una luz morada, como si fuera el fondo de sus paisajes.
Algo tendría que decir sobre el aurea de soledad que se adivina en el retrato. En efecto, se pinta en un momento en el que volvía a estar afectivamente solo. Tampoco era nada nuevo. La soledad ha sido siempre mi vieja compañera de fatigas. Nadie tiene la culpa de mi dificultad para comunicar mis sentimientos. La soledad ha sido como mi sombra, tan personal la considero. Es más, haciendo virtud de la necesidad, he llegado a imaginar que esa condición puede ser también algo benéfico. Hay también una soledad buscada y difícil de conseguir, que podríamos llamar solicitud. Ese podría ser el título del cuadro: “Solitud”. O también, más descriptivo, “Retrato de un escritor solitario que escucha”.
Camelot, mayo de 2014 

Este cuadro figura en la lista de los que los visitantes pueden encontrar en la exposición Retrospectiva, José CARRALERO en el M.AR.CA. TuEspacioCultura.