A penas unas semanas después de cerrar, Confitería La Golondrina abre de nuevo. Esta
tarde será la inauguración y el lunes comenzará a funcionar con normalidad
La Golondrina es uno
de los establecimientos más antiguos de Cacabelos, aunque no lo sea en su
actual ubicación. Allá por el final de los años cincuenta del siglo pasado Paco Sernández (hijo
de Leopoldo y Emilia fundadores de Panadería La Golondrina) se hacía cargo,
junto con Mercedes, su mujer, de la confitería Lago situada en la Plaza Mayor
en el local donde está-ya cerrado también-El Edén. Como no podía ser de otra
manera, bautizaron su establecimiento con el nombre de la marca familiar: La
Golondrina.
Unas décadas después Mercedes y Paco trasladaron el negocio
a la calle Los Negrillos a un local también propiedad de la familia y que anteriormente había sido una fábrica de
gaseosas de esta familia de industriales cacabelenses. Posteriormente, ya en el
edificio actual, el local estuvo dedicado a taller de bicicletas y motos (Gelo
Sarmiento) e imprenta (Pepe, hijo menor de Emilia y Leopoldo).
Mercedes continuó con el negocio después de la temprana
muerte de Paco hasta su jubilación, haciéndose cargo del mismo su sobrina Rosa
Mary hasta el cierre hace unas pocas semanas.
Desde hoy son Tania y Fran los nuevos responsables de
endulzar la vida a los clientes. La Golondrina pasa a otras manos ajenas a la
familia, aunque jóvenesyy también con experiencia en el mundo de la panadería. Los nuevos
propietarios piensan mantener una línea de elaboración de pasteles similar a la
de Rosa Mary y ofertando nuevos productos.
En la Avenida de la Constitución, al lado de Passos, también ha abierto una nueva tienda: Chicolinos, un comercio dedicado a moda infantil.