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La niña de los embustes. Ediciones Aguilar, 1964. |
No seáis mal pensados al leer el título. No voy a mencionar
ni aludir a ninguna política ni otra de
esas famosillas de la actualidad. Los tiros van por otra dirección bien
distinta y más grata.Se trata naturalmente, como muchos ya sabéis, del título de una novela picaresca.
La novela picaresca es un género literario con unas
características muy singulares dentro de
la literatura española. Durante el llamado Siglo de Oro de
nuestras letras alcanzó su máximo esplendor. Su protagonista es siempre un pícaro
que nos cuenta su supervivencia a base de astucia, engaños y estafas. Le
importan un comino el honor y los códigos éticos de la sociedad(¿algún parecido
con la actualidad?). Lo importante para él es saciar las apetencias físicas y
mejorar su condición social valiéndose de cualquier medio.
Quizá el más conocido popularmente sea el protagonista de la
novela anónima Vida de Lazarillo de Tormes(1554), pero no podemos
olvidar Guzmán de Alfarache(1603)(Mateo
Alemán), El Buscón(1626) (Quevedo), Vida del escudero Marcos
de Obregón(1618)(Vicente Espinel) entre otros.
Si bien no se alcanzó plenamente la paridad en cuanto al
género de los protagonistas(para paridades estaban entonces), no faltaron
personajes femeninos encarnando al antihéroe de baja estofa, engañabobos,
granuja y perillán. Fueron varias las pícaras que recorrieron los caminos de
España emulando a sus colegas masculinos. La hija de la Celestina y La
ingeniosa Elena(1612-1614)(Alonso Jerónimo de Salas Barbadillo), la
leonesa Pícara Justina(1605)(Francisco
Lope de Úbeda) o La niña de los embustes. Teresa de Manzanares(1632)(Alonso
Castillo Solórzano).
Esta última novela citada tiene un valor añadido para los
cacabelenses. Su autor, Alonso Castillo Solórzano(1584-1648) narra la historia
de la pícara Teresa de Manzanares, desde sus orígenes, hasta la edad madura. Y
es precisamente en sus orígenes familiares donde encontramos su vinculación con
Cacabelos.
Dejemos contar a la propia Teresa quien fue su madre:
...yo comienzo mi historia con referirle , que si bien me
acuerdo, tuvo su patria en Galicia, en la villa de Cacabelos. Su padre
se llamaba Payo de Morrazos y su madre Dominga Morriño. Mi abuelo no era bien
tino en gallego, sino de los asomados al reino, quiero decir de los ratiños(era
el epíteto con el que se conocían a los bercianos allá por el siglo XVII1),
que ni son de Dios ni del Diablo; que como en los bizcos está dudoso a qué
parte miran, así él, ni bien era cristiano ni dejaba de serlo; tan bárbaros
hombres se hallan tal vez en aquellas tierras.
Vino a Cacabelos con una partida de vacas(a una feria que
allí se hace cada año) y halló repastando otra, cuya guarda era Dominga
Morriño, mi señora abuela....
En tan bucólicas circunstancias no fue extraño el
enamoramiento y la consecuencia: el embarazo de Dominga.
...llegóse el noveno mes y salió a luz el valor de Galicia
y la gala de Cacabelos, que fue mi madre,
a quien pusieron de nombre Catuxa...
Así, prácticamente, comienza la obra con palabras de la
propia Teresa para referirse al lugar de nacimiento de su madre, Cacabelos.
Villa que incluye en Galicia como en algunos documentos y mapas lo
incorporaban también. Hace referencia a nuestras ancestrales ferias y, algo muy curioso, es el uso del epíteto ratiños para referirse a los
bercianos(que ni son de Dios ni del Diablo).
¡Adiós, ratiños!
Se puede encontrar el libro en la colección Debolsillo(2005)
e incluso podéis encontrarlo en internet en esta dirección: