Estatua del vendimiador de Pedro G. Cotado |
Como sabéis ArsenioLópez Faba es un cacabelense “exiliado” en Madrid desde hace varias décadas. En
la capital de España ha sido profesor universitario después de haberse
licenciado y doctorado en Ciencias Económicas y Empresariales, además de ocupar
otros importantes puestos en otras instituciones. Ejerce de cacabelense todos
los días del año y quizá, como método para paliar la morriña, se interesa e
investiga en todo aquello que esté relacionado con Cacabelos y, por extensión, con
el Bierzo.
Como ya lo
ha hecho en otras ocasiones, nos envía unos breves apuntes, en esta ocasión sobre el monumento
al vendimiador y el relieve de San Antonio jugando a las cartas del Santuario de
las Angustias que copio a continuación:
La estatua del
vendimiador es un maravilloso conjunto
escultórico de Pedro G. Cotado, es una extraordinaria poesía en la dulzura de
los niños que ensalza la fiesta de la vendimia, y especialmente la belleza de
la maternidad, como el mejor matriarcado de la estirpe de las encantadoras
gentes de esta bendita tierra:
El hombre no es nombre
hasta que oye su nombre
de los labios de una mujer.
La expresiva mirada del vendimiador,
su magnífica hospitalidad, que desde antiguo ya el trovador, con su siempre
sagacidad peculiar y nobleza original, usando el mismo lenguaje poético que el
pueblo, cantaba con simpatía y admiración:
Primero por quien paga el vino:
de esta ronda beben por los cautivos,
luego tres veces por los vivos,
cuatro por todos los cristianos,
cinco por los fieles difuntos,
seis por las hermanas ligeras,
siete por los caballeros errantes.
¡Oh hijos de Adán, pero cuánto
tenemos que trabajar para poder comer pan!
Bendito Señor por el cuidado amoroso
que tienes con todas las criaturas, que quién bebe mencía, cree en la
inmortalidad del alma, pero el que bebe agua no.
Bendito seas por siempre Señor, que
por San Andrés el mosto vino es.
Amén, Amén y Amén.
En la magnífica obra de
investigación histórica sobre el Santuario de Nuestra Señora de las Angustias
de Cacabelos, figura “El Relieve de
San Antonio”. Este relieve de madera, representa al Niño Jesús, con una
pequeña nube a sus pies, entregando con la mano izquierda el cinco de oros a
San Antonio, que viste de franciscano, y con la derecha el cuatro de copas. Se
supone que el santo cita la exclamación del Salomo 30 que rezan los sacerdotes:
“Yo he esperado en ti Señor, en tus manos está mi suerte”. El cinco de oros
puede tener relación la parábola evangélica de los cinco talentos; el cuatro de
copas con los cuatro ríos del Paraíso que fertilizaban aquella tierra.
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