Son los últimos en despedirsee, faltan los más madrugadores que ya se fueron a sus destinos después de una noche muy larga |
Fue un fin de semana lleno de emociones para Manuel. No podía
imaginar que la celebración de sus sesenta años iba a ser una caja llena de
sorpresas que en algunos momentos provocarían sus lágrimas.
A Manuel Núñez Mallo le gustan mucho las celebraciones
familiares y con amigos. Cuando regresa de vacaciones a Cacabelos desde su
residencia actual en el Prat de Llobregat, su mayor deseo es reunirse con los
suyos y celebrar algo, lo que sea, con el único fin de disfrutar de unas horas
de convivencia. Pocos días hay en sus vacaciones que no encuentre motivo para
disfrutar de una comida en buna compañía. Es un romántico de la familia y de la
amistad, nadie lo podrá negar.
Y, claro está, quería celebrar sus sesenta tacos, pero poco se imaginaba que el
viaje hasta un hotel de Lérida el pasado viernes iba a suponer el encuentro con
gran parte de su familia, amigos e incluso con el grupo “Habana Vieja”
desplazado expresamente desde El Bierzo para amenizar la noche berciana en aquella ciudad catalana.
Y los besos, abrazos, regalos, sorpresas...y recuerdos entrañables de los que ya no están, fue lógico que provocaran en Manuel lágrimas de emoción y de nostalgia.
Y los besos, abrazos, regalos, sorpresas...y recuerdos entrañables de los que ya no están, fue lógico que provocaran en Manuel lágrimas de emoción y de nostalgia.
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