UNA NIÑA MODOSITA
Antonio-Esteban González
Niñas como ésta, eran las que, casi siempre, cantaban, en Mayo, emocionadas, -el corazón en los labios- aquellos motetes que las generaciones posteriores a la suya ya no cantarían: "Venid y vamos todas con flores a porfía, con flores a María, que madre nuestra es". (Porque María era la madre -la segunda madre- de todas las niñas que iban con flores a porfía y que estudiaban en el Colegio de la Inmaculada). ( Y lo era también de las que no lo cantaban -que eran pocas- y de las que no estudiaban en el Colegio de la Inmaculada, que eran muchas).
Las niñas, modositas ellas, solían llevar en las manos, mientras cantaban, azucenas y lirios -o margaritas- que, años más tarde, deshojarían -las margaritas, si, no, si, no, si, no- para adivinar si su chico las quería de verdad o no las quería.
Las flores, sobre todo, las llevaban las niñas con posibles, las que estudiaban internas en el Colegio en donde las monjitas de tocas impolutas y el alma rebosante de amor divino, les enseñabaj a preservar su pureza, que es la flor más preciada de una niña. Luego, unas la conservaban hasta el matrimonio y otras la dejaban marchitar.
Esas niñas del Colegio de la Inmaculada vestían un trajecito azul oscuro con cuello blanco; medias y zapatitos de charol y, al cuello, siempre, la medalla que las protegería de tentaciones y, naturalmente, el lazo azul anudado a la cintura, como le ocurría a Angelines Martínez Saavedra, a los ocho añitos de edad. (La foto está hecha por Foto Marcos el veinte de Febrero de mil novecientos cincuenta y uno.
Pero ¿quién es Angelines Martínez Saavedra?. Es Gelines, "la Corina", hija de Manolo y de Dulcinia. Tan guapa ayer como hoy
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