El miércoles y jueves -28 y 29 de septiembre- Cacabelos
celebrará un año más las ferias de San Miguel. Unidas a las de la Cruz de Mayo
y San Bartolo –ésta ya definitivamente desaparecida- son/era unas de las ferias
más emblemáticas y cargadas de historia que dieron fama a nuestro pueblo.
En las próximas de
San Miguel el equipo de gobierno del Ayuntamiento ha decido ubicar los puestos
de los feriantes en la Plaza Mayor, como ya lo hizo la corporación anterior en
2012. La feria caballar continuará realizándose en el recinto ferial a la
orilla del Cúa.
La zona del mercado caballar ya está preparada para recibir a los animales |
Con algunas de las fotos que aparecen en esta entrada podemos
retroceder unas décadas –años setenta
del pasado siglo- y poco más de una con otras. En común tienen el lugar: todas
son imágenes capturadas en la zona del Santuario de las Angustias.
Las más vetustas muestran el interior del recinto del actual
albergue de peregrinos. En él comerciaban exclusivamente los fabricantes de
mantas y calcetines del Val de San Lorenzo que tributaban directamente a las
arcas de la Virgen por ocupar aquel lugar. Los chavales aprovechábamos esas jornadas de puertas abiertas para llenar
los bolsillos de conchos caídos del
nogal que aún hoy da sombra a los peregrinos. A las mismas puertas de la
iglesia y sus proximidades tenían sus puestos los guarnicioneros. En esas
fechas no armaban los actuales puestos metálicos de exposición y debían
conformarse con los muretes del atrio como mostrador.
El pulpo, al igual que las típicas ristras de cebollas, se
vendía al otro lado de la carretera delante de la casa de don Antonio el cura
de la Angustia, hoy reemplazada por la Residencia El Camino. Las fotografías de
2003 nos muestran muy cerca a ese lugar a Carlos Rodríguez, sucesor de una de
las tradicionales familias de pulpeiros
cacabelenses, despachando el cefalópodo a la manera tradicional.
Imágenes estas que, por unas u otras causas, hemos ido
dejando de ver para ser ya solo recuerdos.
Para un cuaderno como éste –calificado
por alguno como nostálgico- lo cierto es que duele reconocer esta realidad. Debe
ser verdad ¡sí! aquí se destila pura nostalgia.
Mantas, cobertores, calcetines...de Val de San Lorenzo en el interior, hoy albergue |
Atrio del Santuario ocupado por los guarnicioneros en los años 70 del siglo XX |
Cebollas y pimientos nunca faltaban en las ferias de septiembre |
Carlos, igual que lo hace hoy, preparando el pulpo para la venta en las ferias de 2003 |
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