miércoles, 13 de febrero de 2013

Los cacabelenses lloraron con desesperación en la despedida de la sardina



Javi y Óscar oficiaron la ceremonía fúnebre
El entierro de la sardina volvió a ser este miércoles de Ceniza el colofón de los Carnavales de nuestro pueblo. Frente a la fachada del Ayuntamiento se dieron cita decenas de cacabelenses vestidos de riguroso luto para despedir, entre gritos de dolor y de amargura, a la enorme sardina en su último viaje. Damas y caballeros acompañaron por diversas calles de la villa al pez  colocado sobre una artística carroza fúnebre. Dos oficiantes no cesaron de entonar salmos y oraciones jocosas durante el recorrido.
Mientras el cortejo cumplía con el protocolo del funeral y entierro, en el centro de la Plaza se fueron asando centenares de sabrosas sardinas a la espera de ser consumidas por todos los participantes a la conclusión de las exequias.
Este prelado femenino controlaba a los dos oficiantes

Finalizó el siniestro itinerario a la orilla del Cúa. Cuando ya parecían  agotadas las lágrimas y las gargantas se encontraban exhaustas  de tanto gemido lastimero, un último y desgarrado clamor  despidió a la difunta sardina al ser arrojada a las frías y caudalosas aguas.
Después de tan triste despedida la comitiva regresó a la Plaza Mayor donde esperaban ya asadas las otras sardinas(de carne y espinas) para reponer las fuerzas perdidas en esta última noche del Carnaval.












Dos rubias contrastando con la oscuridad de la noche
Con Bruno la continuidad de la tradición está asegurada

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