Javi y Óscar oficiaron la ceremonía fúnebre |
El entierro de la
sardina volvió a ser este miércoles de Ceniza el colofón de los Carnavales de
nuestro pueblo. Frente a la fachada del Ayuntamiento se dieron cita decenas de
cacabelenses vestidos de riguroso luto para despedir, entre gritos de dolor y
de amargura, a la enorme sardina en su último viaje. Damas y caballeros
acompañaron por diversas calles de la villa al pez colocado sobre una artística carroza fúnebre. Dos oficiantes no
cesaron de entonar salmos y oraciones jocosas durante el recorrido.
Mientras el cortejo cumplía con el protocolo del funeral y
entierro, en el centro de la Plaza se fueron asando centenares de sabrosas
sardinas a la espera de ser consumidas por todos los participantes a la
conclusión de las exequias.
Este prelado femenino controlaba a los dos oficiantes |
Finalizó el siniestro itinerario a la orilla del Cúa. Cuando
ya parecían agotadas las lágrimas y las
gargantas se encontraban exhaustas de
tanto gemido lastimero, un último y desgarrado clamor despidió a la difunta sardina al ser arrojada a las frías y
caudalosas aguas.
Después de tan triste despedida la comitiva regresó a la
Plaza Mayor donde esperaban ya asadas las otras sardinas(de carne y espinas)
para reponer las fuerzas perdidas en esta última noche del Carnaval.
Dos rubias contrastando con la oscuridad de la noche |
Con Bruno la continuidad de la tradición está asegurada |
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