lunes, 27 de febrero de 2012

Un radioaficionado de Cacabelos: Luis Lago Sernández

Luis en la "sala de operaciones"

Estamos viviendo la mayor revolución de los medios de comunicación de  todos los tiempos. En la actualidad, y desde cualquier lugar del Planeta, podemos acceder a la informarnos y a comunicarnos por múltiples medios de forma instantánea. Ya parecen quedar lejanos los días de escribir cartas, mandar telegramas o usar el teléfono fijo.
Aún perduran, a pesar de todos los cambios, los radioaficionados pertinaces que se niegan a sucumbir ante tanta proliferación de nuevos medios.
- También nosotros hemos ido innovando muchísimo.
El autor de esta afirmación es Luis Lago Sernández. Luis es un cacabelense apasionado por la radioafición. Tiene establecido su  misterioso  reino particular en una zona  casi secreta de su vivienda. Allí las horas pasan para él a la misma  la velocidad a la que van las ondas que transmite. Conserva el mismo entusiasmo y amor por esta afición que en los primeros tiempos. El neófito no necesita preguntar. Luis es un libro abierto. Poco a poco te va desgranando todos los entresijos de su mundo.
Apenas con catorce o quince años, recuerda, comenzó a interesarse por la radio.  Con dieciséis años entró como aprendiz de telegrafista en la oficina que entonces había en Cacabelos(donde actualmente está el Banco de Santander). 
Colección particular de aparatos para transmitir en morse
- Cayó en mis manos un libro para montar una emisora de AM, de muy baja potencia, que preparé. Tenías prácticamente que hacerlo todo, hasta la bobina. Se escuchaba en la radio de casa. Con don Antonio Alonso, el jefe de telégrafos de entonces, compartí la misma afición.. Fue entonces cuando empezó en mi de verdad la afición.  Mi mayor interés era lograr hablar de un sitio a otro sin cables. Aprendí morse e hice un curso por correspondencia de radio.
En 1969 se inscribe en un curso de radiotelegrafista de la Marina Mercante y pasa dos años en Valencia en la Delegación de la Escuela de Náutica de Barcelona. Para poder trabajar en un barco necesitaba la cartilla de navegación y se va a Ferrol para hacer el servicio militar como voluntario. 
 
- Allí comenzaba el “Grupo Operador de Radioteletipo”. Antes se hacía en morse y ahora se trataba de mandar los mensajes por escrito. Hice el curso en Vigo. Me destinaron al Ministerio de Marina en Madrid; a la Estación de Radio del Estado Mayor en San Sebastián de los Reyes. Aquel era de verdad mi mundo. Un año entero con todos los adelantos a mi disposición.
Cuando regresa al Bierzo monta en la casa de sus padres una emisora.
- Al principio sólo escuchaba ruidos. Conocí a un radioaficionado de Ponferrada que me animó a sacar la licencia. Mi indicativo es EA-1-CEZ(su nombre en el mundo de la radio) .Actualmente contamos con ciento cincuenta autorizaciones en el Bierzo y tenemos varios repetidores.
Los jóvenes, me dice Luis, apenas se interesan por este mundo. Además la Administración les pone muchas trabas para instalar antenas. Me causa extrañeza porque de todos es conocida la gran labor que estos aficionados prestan en momentos de catástrofes. Le comento a Luis mi propia experiencia: gracias a un colega suyo, hace ya unos años, pude informar a mi familia desde un pueblo incomunicado por la nieve en el Pirineo Gerundense.
- Cuando el terremoto de Méjico de 1984 logré tener noticias de una familia cacabelense establecida allí y de la que se ignoraba su estado. En un momento determinado, si fallasen todos los medios de comunicación actuales tan avanzados, podría trasmitirse por radio desde cualquier lugar con apenas una emisora, unos cables para hacer la antena y una batería.
El reino de Luis  está atestado de aparatos electrónicos: emisoras, amplificadores, acopladores, micrófonos, etc. Parpadean luces, agujas oscilantes, pitidos de morse, ecos del espacio y voces que llegan desde cualquier parte del mundo. ¿Pero qué significan miles de tarjetas ordenadas en paquetes y ocupando gran parte de una librería?
Tarjeta QSLde Luis

- Son las QSL, confirma Luis, unas tarjetas  que sirven para confirmar los contactos con otra estación. En estas consta el indicativo de llamada, la fecha y otros datos técnicos. Cada uno tenemos la nuestra y la enviamos a la estación contactada para que nos la devuelva confirmada.
Son variadísimas por el formato y por la procedencia. Repasando estas tarjetas no es difícil aprender geografía mundial. Luis me lo confirma plenamente. La más rara procede de un atolón deshabitado del Pacífico, donde unos radioaficionados montaron una estación con la que este cacabelense logró contactar.
A lo largo de la conversación me voy enterando de la función de cada aparato, de los distintos medios que usan para transmitir(hasta la Luna les sirve como pantalla para rebotar las ondas), de los precios, de la importancia de la posición del Sol para recibir o transmitir...No falta el ordenador. La informática también es un gran apoyo en el terreno donde se mueven los radioaficionados. Luis va desgranando toda la información pacientemente y con claridad. Miro el reloj y advierto que llevamos más de tres horas de conversación y han pasado como un soplo.
Luis"cacharrea" en su mesa-taller
 
- Estás jubilado. Habrá quien piense que te aburres.
- Aquí es imposible. El tiempo corre muy deprisa. Si me canso un poco, giro la butaca y me pongo a cacharrear en la mesa-taller. Siempre hay algo que modificar o reparar.

Podría seguir escribiendo varias páginas más con todo lo que Luis me contó, pero todo tiene que tener un final. Dejo a nuestro amigo inmerso en su particular mundo después de formularle la última pregunta:
- ¿Te ofreces a dar información si se presentase algún posible aficionado?
Por supuesto, no tengo ningún inconveniente. Estaría encantado.Los interesados pueden ponerse en contacto conmigo a través de tu cuaderno.

5 comentarios:

  1. Gracias a ti muchas veces me acuesto sin saber algo mas!!! Gracias

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  2. Buen articulo, el amigo luis siempre ha estado ahí para todos nosotros, se me rece esto y mucho mas, un saludo de tu amigo Jose M. EA1FO.

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  3. Gracias Carlos, a este tipo de personas me referia en una de nuestras conversaciones, buen artuculo!!!!!!

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  4. Recuerdo de Luis un pequeño curso que nos dio en el Colegio de Cacabelos,algunos se interesaron por el tema y otros no tanto, pero si aprendimos como funcionaba la radio.
    Seria muy bueno que se volvieran a hacer este tipo de cursos, (conociendo un poco a Luis, seguro lo daria encantado) para que nuestro hijos aprendan algo que dan por echo y se olvidaran un poco de tanto Twiter, Facebook....

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  5. Luis es un ejemplo a imitar por muchos radioaficionados actuales. Es un compendio de superación y de saber compartir esos conocimientos con todos nosotros.
    Mi máximo respeto por su bien hacer.

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