Se nos ha ido una extraordinaria mujer, madre coraje y trabajadora incansable hasta que la enfermedad lamentablemente fue avanzando y robándole su identidad. Lucía era de Villar de Acero y pasó los últimos años de su vida en una residencia de Cacabelos, localidad donde también vive su hijo Javier.
Desde estas líneas me uno al dolor de Domiciano y de sus hijos con el recuerdo entrañable que siempre me acompañará de su mujer y madre.

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