Así de feliz salía esta mañana de las oficinas del INSS t |
Ya no sorprenderemos a Jose (sin tilde) con las manos en la masa. Desde hoy ya pertenece al club de los jubilados.
Tras varias décadas laborando en el obrador de la Panadería Pablo de Cacabelos, le ha llegado la hora de descansar. Atrás quedan los madrugones, las largas jornadas de verano soportando el intenso calor que despedían los hornos y también los centenares de kilómetros rodando por intrincadas carreteras bercianas llevando el pan nuestro de cada día hasta alejadas aldeas de la montaña.
Vienen buenos tiempos para Jose, tiempos para disfrutar a tope sin límite de tiempo con su nieta Francesca y para seguir disfrutando de los venideros triunfos merengues.
¡Suerte!
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