UNA BODA
Por Antonio Esteban
En Toral, cuando este que ahora escribe aún usaba pantalones cortos, las bodas solían celebrarse el sábado . El lunes, los niños invitados llegaban a la escuela contentos y decían: “Fui a una boda el sábado”. Nuestra respuesta, casi siempre era: “Y ¿qué comisteis…?”. Ellos ponían los ojos en blanco y relamiéndose, decían: “Arroz con pollo”. No decían -no se decía- paellla. Decían arroz con pollo que, al parecer, era el plato más habitual en las bodas, aun más que el cabrito. “¿Y fumásteis…?’”Esa era la siguiente pregunta. “Claro. No se puede ir a una boda y no fumar un cigarrillo. El padrino nos daba los pitillos”. Por aquel entonces no existía en el mercado “Winston” ni “Pall Mall” ni “Malboro” por lo que el cigarrillo que habían fumado era “Chester” sin boquilla ol “Bisonte”. Es el mismo tabaco que estaban fumando en la boda de Santos Uría -de pie- sus amigos Benjamín de Quilós, Álvaro y Ramón, hijos de “Androllo”, Manolo Pol y José Ramón López. Esta es una foto para recordar, después de tantos años y, naturalmente, nostálgica.
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