EL CASINO DE CACABELOS
Por Antonio Esteban
Funcionó muy bien en La Coruña un eslogan que creó el Departamento de Publicidad del Ayuntamiento capitalino. Decía: “ En Coruña casi no hay noches”. “Cas y no en letra negrilla por lo que la gente advirtió que la propaganda era para dar voz al Casino. Y la dio. Era la época en la que se creó el Casino en la llamada Ciudad Cristal. Aquí no llegamos a tanto. Aquí, en Cacabelos hubo dos casinos, uno regentado por Miguel de Paz, el hijo de don Félix y por su esposa Milagros y otro –por traslado del primero- a la altura del Café Avenida “33”. Creo que ninguno de los dos funcionó como tal, pero era agradable escuchar en las conversaciones aquello de “En Cacabelos tenemos casino”. Y lo teníamos. Era cierto, porque este escribidor para entrar al nuevo casino tuvo, en cierta ocasión, que colocarse una corbata. Un casino es un lugar de recreo con biblioteca y salones en donde se celebran, por ejemplo, cenas de gala y bailes también de gala con presentaciones de damiselas en sociedad. Aquí éramos más humildes y únicamente nos atrevíamos a decir a nuestros visitantes, por dar un poco de envidia: : ¡Vamos a tomar un café al Casino…¡”.”¡Ah¡ -nos respondían- Pero, ¿Tenéis Casino en Cacabelos…?.”Claro. No como en Ponferrada o en Villafranca, pero tenemos Casino”. Y nos quedábamos orgullosamente tranquilos. Teníamos casino. Claro que teníamos casino. En esta foto vemos a Miguel de Paz, degustando, posiblemente, una copa de licor y a Milagros, su esposa como reclamo publicitario. Es una foto que llegó hace poco a nuestra manos procedente de la colección de Milagros de Paz, hija de Miguel y que nos ha servido para decir con orgullo lo que hemos dicho; que Cacabelos, aunque pequeñito, tuvo su casino.
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