La iglesia parroquial de Santa María relucía esta mañana de domingo como en las grandes ocasiones. No en vano casi una veintena de niños y niñas recibían por primera vez la comunión. Con el templo a rebosar se desarrolló la ceremonia dedicada a los más pequeños de la comunidad.
En el exterior se notaba desde tiempo antes de iniciarse la ceremonia el ambiente festivo entre familiares y amigos de los pequeños, ambiente que podía notarse de nuevo a la salida y que se extendía por las terrazas de los bares.
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