El cortejo fúnebro partió desde las puertas del Ayuntamiento |
La sardina ya está enterrada simbólicamente porque en Cacabelos no la enterramos precisamente. El Cúa al llegar el Miércoles de Ceniza se hace navegable y sobre sus aguas se aleja, entre gritos de dolor y lamentos, la sardina en busca del Atlántico.
En esta ocasión se prolongó su estancia entre nosotros casi una semana más. La suspensión de las honras fúnebres previstas para el pasado miércoles –verdadero Miércoles de Ceniza- trasladaron la ceremonia y la sardinada a este lunes que ya se nos va.
Más de cien kilos de sardinas asaron trabajadores del Ayuntamiento en la Plaza Mayor para distribuir entre las plañideras y penitentes. Ya se sabe: las penas con pan –en este caso con sardinas- son menos penas.
Esperando |
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