miércoles, 11 de agosto de 2021

Imágenes y recuerdos de Cacabelos (CDLXXV)

 

Doña Josefa y don Ángel, antiguos propietarios del hotel Miralrío
 

EL HOTEL “MIRALRIO”

 Por Antonio Esteban

Lo digo con rubor, con mucho rubor. En Toral envidiábamos a Cacabelos porque aquí, en la villa, había un hotel. ¡Un hotel! Y en Toral, únicamente teníamos fondas: Casa “Regueiro” y la Fonda de Juan García, el panadero. Ambas daban comidas y ofrecían cama para canónigos que estaban de paso, jefes de tren como mi tío Pedro Barragán que hacía la ruta Plasencia-Astorga-Monforte de Lemos y que, a veces, paraba en Toral o viajantes de telas de milrayas o panillas o “Príncipe de Gales” o de lozas o de cerraduras, tornillos y ferretería. Eran, sencillamente, fondas, pero aquí, en Cacabelos, existía, el Hotel “Miralrío”, regentado por don Ángel y doña Josefa. Nosotros lo envidiábamos porque, a veces, se detenía a dormir en el Hotel, el Barça o el Atlético de Madrid que regresaban de La Coruña y los aficionados podían ver, con un poco de suerte, a Ben Barek, el negro o a Escudero o a Basora o a Ramallets .

 

El matrimonio con tres de sus hijos: Pepe, Sefi y Gelines

 En Toral presumíamos de estación de ferrocarril y a veces, a las cinco de la mañana, algunos se levantaban para ver el exprés con coches cama en el que se suponía que viajaba el Real Madrid  y con un poco de suerte pensaban  que Molowny  o Bañón, el portero o Pahiño  levantarían   la persiana del coche cama para que los aficionados pudieran verlos y saludarlos, pero nunca los vieron. El tren no paraba y a las cinco de la mañana los jugadores no se dignaban mirar si había aficionados en la estación de Toral de los Vados que querían verlos y aplaudirlos. Se supone que aquí, en Cacabelos, los libros-registro sí dan fe de que en el Hotel “Miralrio” durmieron los ases del fútbol de ayer y que don Ángel y doña Josefa fueron testigos de la estancia en la villa de estos equipos de campanillas.

1 comentario:

  1. Muchas Gracias Carlos por el post. Yo Rafael hijo de Pepe nieto de Angel aún hoy procuro ir todos los años a Cacabelos. Tengo enterradas allí muchos antepasados. Angel fue el último de decenas de generaciones que nacieron y fallecieron en ese bello pueblo. Mi padre el primero en salir y nosotros ya nativos de ciudad aún regresamos todos los años a verles. La orfandad de la ciudad y la necesidad de rodearnos de nuestra infancia lo explican. Bello Hotel aquel comprado al Sr. Tormaledo a finales de los 40’ con los ahorros de su duro trabajo como lecheros y comerciantes en unas humildes casas cerca de las Angustias

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