miércoles, 28 de abril de 2021

Imágenes y recuerdos de Cacabelos (CDLX)

 


AYER

 Por Antonio Esteban

Ayer es una palabra triste. A mí, al menos, me parece una palabra   -un adverbio de tiempo, que diría un profesor de literatura-  triste. Porque hay, no lo duden, palabras tristes que, sin darnos cuenta, procuramos obviarlas de nuestro vocabulario ya que, al decirlas, la tristeza nos invade el alma  -valga la redundancia-  con tristes emociones. También tristeza, naturalmente, es una palabra triste, quizás más triste  que otras. Tristeza por las cosas perdidas y por la vida que se nos ha ido de las manos como el agua por entre los dedos. O la tristeza de recordar nuestro propio llanto de niño cuando aún no levantábamos dos palmos del suelo y habíamos perdido un juguete. O la sensación de tristeza que nos invadió cuando supimos por boca de un amigo  -¿era, de verdad, aquel amigo, buen amigo?- que nos dijo un día: “Los reyes Magos no existen. Los Reyes son los padres”. También es  tristeza la muerte del padre, no por la muerte en sí, sino porque  pocas veces le dijimos, ya adultos: “Te quiero, papá”. Y es triste esta foto de color sepia  - el color lo ha proporcionado el tiempo- -  en la que unos amigos se divierten en el río. Eran jóvenes y tenían la vida por delante. Hoy, la vida ha quedado atrás y algunos de ellos ya no están entre nosotros. Eso también es tristeza. Las fotos muy antiguas son tristes. Aquí vemos, alegres, a Toño, el “Pepito”, a su amigo del alma, Toiño, el “Pardal”, a José, el “Polo”, a Julio, el “Garrabón” y, al fondo , como si fuera Tarzán, a Carito.

Una foto de ayer -un ayer muy lejano-  que nos ha dejado triste el corazón.

 

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