Sembraron de cáscaras el suelo y dejaron las bolsas bien colocadas |
No tienen mal gusto, no señor. Comerse unas bolsas de pipas
sentados en la Fuente de la Salud mientras se contempla poner el sol, no es mal
pasatiempo. Le sobran los restos que dejaron.
Dicen que las ciudades o pueblos más limpios no son los que
mejor servicio de limpieza tienen, sino los que tienen los habitantes más
limpios. Algunas veces los
comportamientos de algunos de nosotros no son precisamente un ejemplo. Y como
muestra las fotos que acompañan hoy esta entrada a Castroventosa.
Los hay que saben que detrás de su gesto de tirar la basura
al suelo, llegarán otros que se encarguen de limpiar. Sean los barrenderos
municipales o, como sucede con nuestra vecina Gutis Couceiro, particulares que
vigilan y recogen los desperdicios allá donde no llegan los servicios
municipales, léase caminos o senderos situados alrededor de Cacabelos.
A Gutis, armada de una
pinza y una bolsa, se la puede ver caminando en las primeras horas de la mañana
por San Bartolo, las Chas... Añade, al placer de pasear, la labor de recoger
con santa paciencia (la indignación irá por dentro) lo que otros arrojamos o no
queremos ver. No es una teórica militante en la lucha por mantener nuestros
campos limpios, es una militante en primera línea de batalla.
Su gesto deber servir, no para imitarla, sino para evitar que
lo tenga que repetir evitando ensuciar nuestro entorno.
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