miércoles, 29 de abril de 2020

Imágenes y recuerdos de Cacabelos (CCCXCVIII)




EUGENIO

Yo no sé si la muerte de don Miguelín Lanuza, el personaje central de mi último libro, era inevitable o no era inevitable. Creo, sinceramente que era inevitable. Decir lo contrario sería contradecirme a mí mismo y engañar a mis lectores.

Este largo preámbulo viene a colación de la fotografía que abre, esta semana, el espacio IMNAGENES Y RECUERDOS DE CACABELOS y que pertenece a Eugenio Carballo a quien invité -como a otros muchos cacabelenses-  cuando presenté mi libro en la capital de España. Eugenio no pudo asistir, pero me lo hizo saber con antelación y, por eso, tengo con él una pequeña deuda, que solvento hoy.

Es esta, una fotografía de estudio porque todos los artistas -Eugenio lo es-  suelen fotografiarse en un estudio para regalar a sus admiradores y Eugenio, aunque diga lo contrario, es un artista y tiene admiradores. Tañer un instrumento de cuerda no está al alcance de todos y tañerlo como lo tañe Eugenio, menos.

Aquí lo vemos, elegantemente vestido: camisa blanca, corbata a juego y pañuelo en el bolsillo superior de su americana y mostrando, como es preceptivo, en su muñeca izquierda, un reloj.

Ojalá en alguna ocasión, de nuevo, lo veamos en El Bierzo deleitándonos con su música. Será bien recibido.

Sirvan estas líneas como agradecimiento a un hombre que ha sabido mantener vivo el nombre de nuestra villa, allende -¡que hermosa palabra es allende…¡-  las frontera del El Bierzo.

Eugenio, vuelve pronto.

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