EL "RONQUÍN"
Por Antonio Esteban
Detrás de él, una reata de mulas del país y seis mozos. Las
mulas, las más de las veces, resabiadas y educadas -malamente educadas- a base
de zurriagazos y en cada mula, las alforjas. Los gastos de mulas y mozos
corrían a su cargo. Se detenían siempre en las mismas posadas donde comían -amo,
mozos y mulas- y en las mismas casas
rectorales en donde los párrocos le vendían la cera sobrante de las iglesias y
, a veces, los velones nuevos ,por unos
reales y al regreso, de los viajes por
Galicia las alforjas venían llenas de sardinas. Compraba, pues, y vendía. Era
una especie de arriero maragato. Lo conocían por el nombre de
"Ronquín". Ignoro el porqué. Tal vez por su voz ronca. No lo sé. Tal
vez. Su nombre era Pedro. Pedro Fernández. Don Pedro para los mozos que le
acompañaban. Era ancarés. De los Ancares de León. Casó dos veces. Una con
Claudia Quindós, ancaresa, pero del otro lado de los montes. De Galicia. De
Claudia y Pedro nacieron Enriqueta, Domingo, Carmen, Basilisa, Santiago,
Eduardo y Manuel. De su segunda mujer nació Mariano.
Enriqueta casó con Manuel Uría, Domingo con Hermelinda,
Carmen con Paulino, Basilisa con Paco,, Santiago con Paca y Manuel con Manuela. Eduardo murió soltero al
igual que Mariano, estudiante de medicina, en Santiago.
Pedro el "Ronquín" invirtió sus dineros en la compra
de tierras en Arborbuena -craso error-
en lugar de hacerlo en Ponferrada o en Cacabelos.
Pedro Fernández el "Ronquin" era el abuelo paterno
de mi mujer. Queda dicho.
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