jueves, 26 de marzo de 2020

Vidal recuerda a su amigo Carlos “El Gallo”


Carlos con Campo del Agua al fondo


El pasado 9 de marzo moría el que fuera unos de los jugadores de fútbol más destacados de la cantera cacabelense, Carlos Fernández Gallardo “El Gallo”. Una breve historia de su vida la podemos conocer en la entrada de este blog Carlos el Gallo, el delantero que levitaba sobre la hierba publicada en agosto de 2015.

Hablando con Carlos en el parque durante aquella fecha, recordaba sus años de estudio del Bachiller en Valladolid interno en el colegio de los Jesuitas. Allí comenzó a destacar como futbolista:

-Coincidí con Carlos en el colegio de Valladolid, no éramos del mismo curso, pero era conocido por todos porque jugaba en el equipo colegial y lo hacía muy bien.

Me lo cuenta por teléfono Vidal Pérez Herrero confinado también en su domicilio madrileño a causa del coronavirus y muy afectado por el fallecimiento de Carlos. El editor palentino - oriundo de Villarramiel y ya cacabelense de adopción- estudiaba en el mismo colegio y allí comenzó a forjarse la gran amistad afianzada años después -casualidades de la vida-  al casarse Vidal con una cacabelense. Solamente la muerte ha podido quebrarla.

Vidal posa delante de Campo del Agua

Carlos conocía y amaba los Ancares leoneses, fundamentalmente la zona 
de la Somoza. Muy cerca de Veigueliña tuvo con Lita, su mujer, durante años una pequeña vivienda para poder disfrutar de aquella zona plenamente.

Fruto de su conocimiento fue la excursión que le preparó a su amigo Vidal en el verano de 1987 a Campo del Agua. Un Campo el Agua que aún no había padecido el pavoroso incendio de 17 de sus pallozas dos años más tarde (Desgraciadamente el pasado fin de semana ardió una de las declaradas BIC, Bien de Interés Cultural).

Allí llegaron a lomos del SuzuKi  Vitara de Carlos para disfrutar de una extraordinaria jornada –así la recuerda Vidal- bajo el todavía ardiente sol de agosto. Una jornada que quedó plasmada en la pequeña serie de fotografías que hoy quiere su amigo sirvan de homenaje póstumo a Carlos y que se han convertido en un verdadero documento etnográfico.

María  lavando, fue la última de Campo del Agua

Teitando una de las pallozas



Carlos acompañado por María y el guarda Manolo Monteserín






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