Un año más se renueva la ilusión de los más pequeños con el
anuncio de la llegada de los Reyes Magos. Pocas imágenes más fascinantes se
pueden disfrutar que las caras de los niños viendo pasar en sus carrozas a Sus
Majestades de Oriente o cuando se sientan sobre sus rodillas para recibir un
puñado de caramelos.
En Cacabelos cumplieron un año más con “su obligación” de
traer regalos. Primero repartieron los encargos solicitados por carta de los
niños de Pieros, Arborbuena, San Clemente y Quilós, en esta última con
chocolatada incluida. Al final de la tarde entraron en la Plaza Mayor y
recibieron una por una a las inocentes criaturas para conocer su comportamiento
durante el año y los regalos que habían pedido.
La noche iba a ser larga…y fría ¡vive Dios!
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