miércoles, 15 de enero de 2020

LUGARES EMBLEMÁTICOS DE NUESTRO PUEBLO Y ALREDEDORES 6. Las Hoces del Diablo


Las Hoces del Diablo, un milagro de la naturaleza



LUGARES EMBLEMÁTICOS DE NUESTRO PUEBLO Y ALREDEDORES

6. Las Hoces del Diablo

Por Pepe Couceiro

En un rincón escondido de la sierra de los Ancares se encuentra este regalo que brinda placer y deleite a todos los que lo descubren. Un capricho de la naturaleza formado por rocas suavemente pulidas a modo del más bello mármol que el río Ancares ha cincelado durante milenios hasta conseguir ese incomparable cauce por el que discurren elegantemente sus bravas y cristalinas aguas en una perfecta armonía de sonidos y formas.

Tanto a mis amigos como a mí nunca nos han faltado excusas para acercarnos a este lugar, presumir del mismo delante de invitados prendidos de su belleza cuando se contempla por primera vez, superar el reto de un baño en sus gélidas aguas y experimentar el placer cuando sales de ellas divinamente tonificado. 

Con cada visita a este admirable rincón y salvada la complicada operación de aparcar en las inmediaciones, nos encaminamos al lugar por el lado izquierdo de la carretera acercándonos a Candín, bajando a un prado cerca del río (ver foto) en el que podemos escoger dos rutas, aunque sin marcas visibles que nos puedan servir de guía. 

El prado al lado de Las Hoces completamente helado durante la estación invernal, con el río Ancares a su paso

Si la travesía la realizamos durante la estación invernal y el caudal del río nos impide bordearlo, escalaremos varios metros la montaña que se encuentra al otro lado de un pequeño arroyo que vierte sus aguas al Ancares, justo al lado del mencionado prado. Podemos sortear el reguero saltándolo con brío, o mejor de forma más sensata, colocando una piedra grande y llana en medio con el fin de apoyar firmemente uno de nuestros pies y dar el brinco definitivo. Después de una empinada subida iniciaremos el descenso hacia las hoces que ya atisbaremos desde lo alto. La bajada es complicada por su inclinación, razón por la que la realizaremos con el calzado adecuado para evitar resbalar y llegar rodando antes de tiempo.

Después de una llevadera subida comenzamos una inclinada y resbaladiza bajada que conduce a nuestro objetivo. Al fondo y abajo ya pueden percibirse Las Hoces.

 
Las hoces en invierno vistas desde lo alto en casi toda su magnitud.

En verano podremos acceder por la ruta más corta y sencilla, rodeando el curso del río por su margen izquierda sin mojarnos. Llegados al lugar lo normal es que nos encontremos solos, circunstancia que podemos aprovechar para darnos un placentero baño como Dios nos trajo al mundo. Una vez vestidos podemos darnos paseos más allá de los límites que nos alcance la vista o hacernos espectaculares fotos que causen la envidia de familiares y amigos.

A pesar de la temperatura del agua, un baño se hace irresistible en esas aguas cristalinas. Al menos eso es lo que han pensado Toño (en el agua) y un, algo más indeciso, Jose sentado a la derecha. La toma corresponde al verano de 1981
 
En el atardecer, la luz dorada proporciona un mayor realce al lugar


Otra hermosa vista del lugar

Los bellos pliegues rocosos se suceden como un divertido juego de movimientos y transformaciones constantes a lo largo de milenios

Como en la vida, tras los tramos de turbulencia siempre llegan los serenos remansos

La belleza de los rápidos a nadie deja indiferente



 
Tras franquear este singular paraje, las aguas del río Ancares se fundirán con las del Cúa (en las cercanías de Espanillo) y juntas alcanzarán nuestro pueblo para satisfacer altruistamente las más esenciales necesidades de sus gentes. Con la llegada del verano, rodeándonos de sus aguas en los agradables baños bajo el puente, no seremos conscientes de que una fracción de las mismas, a solo unos kilómetros al norte, formaron parte de uno de los cuadros más hermosos que puedan describirse: Las Hoces del Diablo.  

1 comentario:

  1. Gracias Pepe por la bella evocación de un paraje que me trae recuerdos de los buenos ratos pasados con los amigos. Excelente descripción.

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