miércoles, 7 de agosto de 2019

Imágenes y recuerdos de Cacabelos (CCCLXIII)




APOSTAR CONTRA UNO MISMO                                 

Por Antonio Esteban
 
Yo, algunas veces, apuesto contra mí mismo. Apostar contra uno mismo, tiene sus ventajas: si pierdes, no pagas. Claro que, si ganas, tampoco cobras la apuesta. Es decir, existen inconvenientes, se mire como se mire.

Y esto me ha ocurrido con la foto que ilustra, esta semana, la página del cuaderno. He apostado contra mí a que mis / nuestros lectores no reconocerían a alguno de los niños que aparecen en la fotografía y estoy seguro de que ganaría la apuesta porque si alguno de ellos es reconocible, hay varios que, ni los más viejos del lugar, saben quiénes son.
Parece un equipo de fútbol sin uniforme y, si fuese un equipo de fútbol, los niños de las escuelas de la Villa hubieran podido recitar sus nombres   de carrerilla, al igual que recitaban aquellos nombres de las alineaciones de la Unión hace treinta años: Rubio; Cela, Pinilla, Joaquín; Caramés, Batalla; Tirso, Ricardo, Berros, Montes y Cardeñosa. Aquí, serían: Paquín Noles; Toño, Pepín Uría, Varito Morete; Herminio, Suso; Zalo, Ceto, Amancio Pestaña, Valerianito Vega y Vicente.

Reconozco que Paquín Noles no tenía estatura para ponerse debajo de los palos de una portería, pero no es óbice para que lo imaginemos.

Y, por si alguno de mis lectores no reconoce a Toño, diré que es el hermano de Carlitos. Herminio -el último de la fila de arriba-  y Suso, el primero de la fila de abajo, eran hermanos. Vivían en el Foyo y su padre se ganaba la vida conduciendo un camión. Vicente, el último de la fila de abajo era más conocido por Vicente, el “Andaluz”.

La fotografía es para que los lectores del blog gocen de ella porque es una de las foto más entrañables y nostálgicas que han aparecido en esta sección.  Espero que disfruten de ella como yo he disfrutado.

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