Manolo y Luciana ya son marido y mujer, como se decía por aquellos años |
Hoy se cumplen cincuenta años de la boda de Luciana y Manolo.
Cincuenta años hace que se casaron en la Iglesia de Santa María de la Plaza de
Cacabelos. Y lo escribo en presente y citando a los dos porque en el amor no
existe la muerte, el amor perdura mientras viva uno de los dos.
Y esto lo sabe muy bien Luciana de Paz, Chana o Luchi para muchos
cacabelenses. Sí, hace siete años que Manolo murió, pero Luciana siguió y sigue
enamorada de su marido. Un aniversario es un momento para celebrar las alegrías
de ayer y por eso hoy, que es día de los Inocentes (miedo tendría algún invitado
a que fuese una broma), va a celebrar sus bodas de oro con todos los suyos
asistiendo en primer lugar una misa y a un banquete después.
Cuántos recuerdos pasarán hoy por su cabeza sintiendo su
corazón acelerado. Quizá no tan acelerado como aquel 5 de agosto en Sorribas en
la verbena de la Virgen de las Nieves cuando por primera vez Manolo le tomó la
mano que ya no quiso soltar.
Evocará sin duda las noches de soledad escribiendo. Manolo
estudiaba en la Universidad de Oviedo y ella trabajaba en Cacabelos. Decenas y
decenas de cartas viajando en trenes que se cruzarían quizá en la estación de
Pajares llevando o trayendo mensajes que sólo dos enamorados son capaces de
entender y valorar.
¿Podrá olvidar aquel San Roque en Villaverde a finales de los
sesenta del siglo pasado? Otra fiesta, otra verbena… y otro paso decisivo: se
prometieron. Así se hacían las cosas antes. Prometerse era ya casi el paso
decisivo, el antepenúltimo. Faltaba la
pedida que, como siempre, esta pareja parecía querer señalar su noviazgo
con fechas claves del santoral. Eligieron el día de Difuntos -2 de noviembre- y
remataron la faena el Día de los Inocentes -28 de diciembre – celebrando la
boda. Una boda que culminó con el banquete servido en el Casino de Cacabelos por
el Hotel Madrid de Ponferrada.
Un beso, Chana
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