jueves, 18 de octubre de 2018

Imágenes y recuerdos de Cacabelos (CCCXXV)


Era la Pascua, farola sujeta las banderitas tradcionales que se ponían entonces

NO SON MADRE E HIJO

Por Antonio Esteban González
Si el niño mofletudo y, un sí es no es, enfadado que vemos en la foto de esta semana, hubiera nacido en un país anglófono  -que hable inglés-  se llamaría Robert o Bob o Bobby y si la señora elegante en su sencillez con el vestido por debajo de las rodillas, cuello camisero, hubiera nacido en la Commowealt, posiblemente la hubiera cristianado con el nombre de Mathilda, pero como no ha ocurrido nada de eso y los dos son españolitos, él es Roberto  -Roberto Carballo y ella Matilde  -Tilde-  la “Catiklla .

 Tilde, por la época en la que Quico, el “Curioso” e Isidro González Canóniga eran los fotógrafos oficiales de la villa, se puso guapa para salir en la foto. Ella, Matilde, trabajaba en LA CARRETONA que así se llamaba el establecimiento de los Carballo y trataba de vender zapatos, zapatillas, sandalias, botas o alpargatas a todo aquel -o aquella-  como se dice ahora, que se acercaba al establecimiento, bajo los soportales, de la Plaza Mayor y no era, a decir de quienes la conocieron una vendedora cualquiera. No. Tilde dominaba el arte de la venta -cosa difícil-  y ofrecía el artículo con muchas posibilidades de que se lo comprasen.

LA CARRETONA perdió mucho cuando Tilde dejó de ser su dependienta y la vida la llevó a otros lugares. Por eso ella recuerda aquellos días con nostalgia.

Al fondo, como no podía ser por menos, vemos los soportales,  como hoy, y quizá como siempre, porque el día que este puebla pierda los soportales habrá perdido parte de su identidad.

Ojalá que no ocurra nunca.

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