CACABELOS, AYER…
Por Antonio Esteban González
Todo, en la foto de esta semana, pertenece al ayer, un ayer
muy lejano -el ayer siempre es
lejano- que algunos apenas recuerdan y
que en esta sección de IMÁGENES Y
RECUERDOS, traemos habitualmente porque recordar -lo hemos escrito con frecuencia- es revivir o vivir de nuevo.
El ayer también es nostalgia y la nostalgia es una niebla
sutil que envuelve los recuerdos y los difumina.
Todo, pues, en la foto, son recuerdos nostálgicos del ayer:
el abrigo amplio con grandes botones y solapas grandes que luce Nice -otros, a Nice , la nieta del boticario
Garrido, le llaman Ceta o Niceta- o el
traje de chaqueta, -entallado y abotonado
hasta el cuello- de Marisa Palacios, la
hija de Elodia -un nombre de los
llamados imposibles- y hermana de “Pichi”
“quien, a buen seguro, a orillas del Pisuerga, siente nostalgia de Cacabelos.
(Palacios, padre Marisa y de “Pichi” fue oficinista en Bodegas
Guerra y, años más tarde, con otros socios, fundaría CARPAL, una de las empresas que daría prestigio a Cacabelos).
También son recuerdos -retomo el relato- las faldas, por debajo de las rodillas,
-aunque las faldas por debajo de las rodillas es moda efímera- o los
zapatos de medio tacón de las chicas o el camión de Gallego, aparcado a la
sombra del corredor en donde vivió Aurita
y que fue adquirido para levantar el
Hotel VILLA DE CACABELOS o la casa del sastre Mauriz o el solar, ayer vacío, y que
hoy es jardín de Nievitas Landeira.
Observen bien la foto y descubran otras casas -y otras cosas- que ya
no están y que forman parte del recuerdo y son nostalgia del ayer.
La vida es así y así hay que aceptarla porque también
nosotros, mañana, seremos parte de un ayer.
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