UN PERRO LLAMADO “TREN”
Por Antonio Esteban González
Algún día, alguien escribirá la
historia de los perros que tienen historia o sea, la Historia de los perros
famosos: el perro de san Roque que no tenía rabo porque Ramón Rodríguez -que no sé si era o no era veterinario- se lo había cortado; la perrita “Leika” que
viajó al espacio o “Rintintín”, el pastor alemán de las películas del Oeste de
nuestra niñez.
Pero también habría que escribir la
historia de aquellos “chuchos” que todos hemos conocido y que no fueron famosos
como es el caso del perro que vemos en la foto en brazos de Nice Cela y que era
un animalillo cariñoso y juguetón al que toda la familia adoraba.
Desgraciadamente, como otros muchos canes, “Tren” murió atropellado que es el
sino de los perros que piensan que atravesar una carretera no entraña peligro
y, en realidad, no lo entrañaba porque apenas circulaban vehículos, pero, uno se
cruzó en su camino y ahí terminó una vida feliz con comida diaria asegurada.
Además de “Tren” cuyo espíritu se
habrá ido al Paraíso de los perros pequeñitos, vemos a dos familias: los
Tormaledo y los Cela-Garrido con el añadido de Tita Garnelo y de Dativa,
hermana de Luciano, que se dedicaba a dar clases de costura y con quien muchas
adolescentes aprendieron a bordar.
De izquierda a derecha y de arriba
abajo, Antonio Tormaledo, Nila Cela, Antonia, mujer de Tormaledo, muy sonriente,
María Garrido, hija del boticario Garrido y Luciano Cela, siempre con su sombrero
que apenas apeaba. Y, abajo, Nice y su perrito “Tren”, Julita Cela, Dativa con
Elenita Tormaledo y Tita Garnelo, tan elegante como siempre.
Se habían dejado fotografiar en una
de aquellas tardes en las que ambas familias se habían reunido para merendar
como hacían habitualmente.
Seguramente Antonio Tormaledo le
contaría a Luciano Cela que, para gastarle una broma al cura de Cacabelos, le
regaló una nuez verde en la que, a punta de navaja, había esculpido un fraile colgado de una horca y Luciano, por
su parte, mientras las mujeres hablaban de sus cosas, le diría que él había
sido galán en varias obras de teatro que los aficionados de la villa habían
estrenado años atrás.
Una foto, una vez más, nostálgica, al
menos para los familiares de los fotografiados que nos acerca a un ayer lejano
que no volverá.
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