miércoles, 6 de septiembre de 2017

Imágenes y recuerdos de Cacabelos (CCLXXXIII)



En memoria de Carmiña "La Carraquiña" que nos dejó el pasado 24 de agosto


DE PASEO

Por Antonio Esteban González
Vestidos con lorzas. O tableados. O con muchos botones, pero, eso sí, a la moda y, naturalmente, con las faldas por debajo de las rodillas y los cinturones marcando la distancia justa entre la parte superior y la parte inferior del cuerpo, de acuerdo con las NORMAS DE MODESTIA FEMENINA del Cardenal Primado Pla y Deniel, que decían: “Los vestidos no deben ser tan ceñidos que señalen las formas del cuerpo provocativamente y no deben ser tan cortos que no cubran la mayor parte de la pierna. No es tolerable que lleguen solo a las rodillas”.
Zapatos, sin tacón y alguna  de ellas con calcetines blancos, lo que quería decir que todavía no había dado el paso que delimitaba la adolescencia de la juventud y, al fondo, un paisaje que, a pesar del tiempo transcurrido es reconocible: a un lado Castroventosa, sin vegetación y, al otro lado, las dulces laderas de Arborbuena o San Clemente y, tal vez, el  Castrillón y, también, en la carretera, los árboles marcados con cal para que, en los anocheceres, entre dos luces, los pocos vehículos que transitaban por la carretera no se desviasen y fueran a parar a la cuneta. Eran, en aquel entonces, árboles viejos que apenas podían esconder sus miserias en la primavera frondosa del Bierzo y que daban guardia a las mozas en sus paseos arriba y abajo en la carretera y que, eso sí, podían ocultar besos furtivos no pocas veces.
Y en ese paisaje antiguo de mozas nuevas o de jóvenes que estrenaban vida nueva y amores, las cuatro, paseaban ajenas a que un día serían protagonistas de la foto en un periódico digital de su pueblo, una villa tranquila que sobrevive al paso del tiempo.
Ellas eran Adela, la “Currita”, Tina, la de Ramón, Carmiña, la “Carraquiña”, fallecida el pasado 24 de agosto  y Elisa, que vivía en Cimadevilla.
Otra foto nostálgica que nos regresa a un tiempo de ayer que no añoramos, pero que sigue ahí, casi a la vuelta de la esquina para que todos nos sepamos protagonistas, en la lejanía de los años, como lo eran estas tres guapas mozas de Cacabelos.

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