CUATRO
MOZAS EN EL CÚA
Por Antonio Esteban González
… claro que, también,
hubiéramos podido titular este artículo de otra manera, por ejemplo. “EL CÚA Y
CUATRO MOZAS”, pero no sería lo mismo porque ellas son las protagonistas.
Y, lo primero que observo
- yo soy muy observador- es que no
llevaban medias, aquellas medias con o sin costura que algunos y algunas
llamaban: “de cristal”. Tal vez se
hubiesen despojado de ellas en aquella tarde de domingo, cuando decidieron
meterse en el agua para retozar y esto me lleva a recordar que, por aquellos
años -o un poco antes- casi estaba mal visto que las mozas se bañasen y, si lo
hacían, era en lugares retirados y escondidos y enfundadas en anticuados trajes
de baño, unas veces y, otras, con el viso
que era un forro de color que se colocaba debajo de la falda o, eso, al
menos, dice el Diccionario. Cuando
salían del agua las redondeces de las mozas eran más sugestivas.
La imagen de las mujeres
en viso es la que yo tengo de las
mozas de mi pueblo -aquí, en Cacabelos,
sería igual- cuando se bañaban en el
Pozo Cantón, cerca del túnel de Penedelo.
En esta foto, las mozas
no trataban de bañarse y, ni siquiera, refrescarse, sino pasar un rato alegres
y divertidas y echar unas risas.
Al fondo, detrás de ellas,
el puente -los arcos del puente o la
puente, que también se dice así- y el
HOTEL MIRALRÍO y, a su lado, la casa de Antonio
Abella que más tarde sería comprada por
Agustín, el panadero y en la que vivió Lita, la “Tarula”.
Todo esto forma parte de
la historia de nuestra villa como forman parte Mary Celi, la “Porreta”, Marina,
la “Molinera”, la “Nena” -Toñita Carballo-
y Pili, la “Molinera” alguna de las cuales ya no está entre nosotros.
Sirva, pues, la foto para
que nosotros recordemos una parte de nuestras vidas y ellas, un momento feliz.
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