Imágenes y recuerdos de Cacabelos (CCLXVII)

Julio Moyano

LA PEQUEÑA HISTORIA DE LA FAMILIA BURGUEÑO (III)

Por Antonio Esteban González

 

En Buenos Aires, capital de la República Argentina, los leoneses afincados en la capital del Plata -como no podía ser por menos-   recordaban a su patria chica y editaban un Boletín que era el Órgano Oficial de la Asociación del Centro Regional Leonés.

En el número 1462, por ejemplo, correspondiente a septiembre de 1925 -número sesenta y uno del mencionado Boletín-   he leído lo siguiente, que copio textualmente: “En Cacabelos consagran sus amores ante el altar, los estimados jóvenes Emérita García y Feliciano Varela, apadrinados por Eugenio García y Emérita Guerra”.

Casi ocho años más tarde   -28 de junio de 1933, miércoles-  la Santa Madre Iglesia celebraba no sé si con la parafernalia acostumbrada ya que no eran tiempos de celebraciones religiosas, la festividad de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro que saca, según se pude ver en algunas estampas, almas del Purgatorio, asidas a su escapulario.

Cabecera del boletín que se cita en esta entrada

 (De este día sabemos también que Cantabria y Galicia soportaban vientos moderados del Oeste y aguaceros tormentosos. En el resto del país habría buen tiempo).

Del mismo Boletín -junio de 1933-  traemos otras noticias que se refieren a nuestra villa: “Fallece el respetable anciano Baldomero Costero. Su deceso provoca honda consternación entre los vecinos”.

“Se declara un incendio en casa del vecino de la villa Ezequiel López Rodríguez. Las pérdidas ocasionadas por el siniestro se calculan en 1.200 pesetas”.

También conocemos que ha sido víctimado, a tiros de pistola, en uno de los cafés de esta villa don Julio Moyano, hijo político de don Rafael Burgueño por un industrial, vecino del pueblo de Quilós”.

“El agresor se dio a la fuga, ignorándose hasta ahora su paradero”.

Esta noticia será ampliada en una próxima entrega de IMÁGENES Y RECUERDOS DE CACABELOS aprovechando, en un primer momento, los recuerdos de una persona que conoció lo sucedido y, posteriormente, por las MEMORIAS inéditas de alguien que vivió el suceso.