LA CANCIÓN DEL CARRETERO
Por Antonio Esteban González
Permítaseme, una semana más, escribir un romance. Bien mirado, el romance, quizás no tenga mucho que ver con la fotografía. No obstante, el poema habla de una carreta y de un carretero y en la foto se ve a un hombre al que llamaban el “Carretón”.
Permítaseme, una semana más, escribir un romance. Bien mirado, el romance, quizás no tenga mucho que ver con la fotografía. No obstante, el poema habla de una carreta y de un carretero y en la foto se ve a un hombre al que llamaban el “Carretón”.
Fue un poema escrito
para ser musicado en una época en la que este escribidor leía EL ALCÁZAR que,
por aquel entonces, había convocado un certamen literario para poner música a
poemas seleccionados por los lectores para dar la bienvenida al niño -o niña-
que haría que Madrid tuviera tres millones de habitantes. A raíz del poema
escribí otro que musicaría José Antonio Moirón, maestro en Paradela del Rio y
amigo mío.
Al primero de esos
dos poemas le puso música el maestro Odón Alonso de La Bañeza y creo que la Banda
de esta villa aún lo tiene en su repertorio. Del segundo quedan las palabras.
No tiene música.
Pero hablemos de la foto. Vemos, en ella, a Toño, el
“Carretón”, Celia, la “Carretona -una
mujer elegante, a decir de quienes la conocieron-, Nélida, una empleada de la
tienda que regentaba el matrimonio, Dominga, la “Pardala” y Elena Neira y,
detrás de ellos el “Colaso”. (También observamos, al fondo, la casa de las Gracianitas -de una de las dos Gracianitas- porque había dos Gracianitas: Gracianita, la
“Rubia” y Gracianita, “La Morena”, que eran primas).
El romance, eso creo, le hubiera gustado a Toño, hombre ilustrado o a Celia, si alguien, en
aquel tiempo, le hubiese puesto música. Y dice así: “¡Cómo canta el carretero/
cuando guía su carreta…¡/… A la rueda, rueda, rueda/ mi carretón va girando / a
la rueda, rueda, rueda/. Una voz. Un
niño. Un árbol /. A la rueda, rueda, rueda / Caminos. Silencio. Pájaros / A la
rueda, rueda, rueda / Un río. El agua. Algo, / a la rueda, rueda, rueda,/ no
sé, lleva mi caballo / a la rueda, rueda, rueda / que no quiere ir despacio/.
Toño, el “Carretón o Celia, la “Carretona, no tenían una carreta pero ¡quién sabe…¡.Tal vez estos
versos les hubiesen gustado porque hablaban de una carreta y ellos regentaban
una tienda que se llamaba la “Carretona”, que aún despacha calzado.
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