BAILAR PEGADOS…
Por Antonio Esteban González
Tenía, esta semana, varios
títulos para poner pie a la foto y me había decidido, en un primer momento, por
UNA ODA A LA NOSTALGIA, un epígrafe para una fotografía que rezuma nostalgia,
pero, mientras escribía, escuché una canción de Sergio Dalma y pensé que el
título -y la letra- de BAILAR PEGADOS sería mi referente en esta
ocasión. Incluso -pensé- que podría jugar con un diálogo entre los
protagonistas masculinos de la foto: Luís Neira, “Oscuro” y Toño Puerto, el
“Pardal” y este es el resultado:
TOÑO.- Tal y como bailamos, Luís,
es como estar bailando solos. ¿O no?
LUIS.- Tú, bailando en tu volcán
y, a dos metros de ti, bailando yo en el Polo.
Porque eso era lo que hacían
estos dos mozos mientras hablaban de nada con sus parejas.
TOÑO.- Probemos, una sola vez,
bailar pegados como a fuego.
LUIS.- Abrazados al compás, sin
separarse jamás.
Claro que, eso de bailar pegados
como a fuego y sin separarse jamás no era posible en los tiempos en el que esta
foto fue hecha. Se podía bailar, sí, pero como lo hacían ellos: separadísimos.
TOÑO.- Bailar pegados, es bailar
igual que baila el mar con los delfines.
LUIS.- Corazón con corazón en un
solo salón, los bailarines.
Pero la vida es como es. Aún no
había nacido Sergio Dalma ni existía Eurovisión y los bailes eran lo que eran
porque la Iglesia, la moral, las buenas costumbres, la autoridad competente y
el catecismo de Astete y de Ripalda los prohibían o, al menos, prohibían los
bailes “muy agarraos”.
En fin, una canción romántica me
ha dado pie, una semana más, para comentar una foto de ayer. Una foto de ayer
con el acompañamiento de una canción de hoy.
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