Imágenes y recuerdos de Cacabelos (CCXXXVIII)

La foto familiar está sacada donde próximamente abrirá de nuevo El Vasco y la puerta  del fondo es ahora la del Molino

TODA UNA VIDA…

Por Antonio Esteban González

Cincuenta años o, tal vez alguno más. Toda una vida. Como la canción de Antonio Machín. Y es muy cierto. Cincuenta años a, tal vez alguno más, es toda una vida, resumida en una foto.

Ya no está la tienda de Manuela, la de Vitín, al lado de la Iglesia, cerca de la carnicería de Pepe, en donde uno podía comprar, por ejemplo, medio kilo de garbanzos  -ahora los garbanzos los compramos envasados en paquetes de a kilo-  pimentón de La Vera, al peso, patatas de Ginzo de Limia o bacalao  o cecina curada en Manzanal. No sé. Cualquier cosa.

Y  no está Manuela, la dueña con su delantal. Ni está Julián Naranjo, el señor de la derecha que oculta su cigarrillo para que no lo vea Carmen, su esposa. Pero, si está Gonzalo pensando si profesaría o no con los dominicos.

Y está Gelines, la de Erundino, con Andrés Gonzalo en brazos que, miren ustedes por donde, a mí, el nombre de Andrés Gonzalo  -se me ocurre ahora-  es nombre de intérprete de telenovela venezolana.

Y está Yolanda, un sí es no es, entre tímida o curiosa, oteando el futuro, sin saber que, muchos años más tarde  -toda una vida-  recibiría el premio EXCELENCIA LITERARIA de la UNESCO o el EMAKUNDE, a la igualdad de género del Gobierno vasco, Tertuliana Política de la COPE o autora del libro MASONAS, HISTORIA DE LA MASONERIA FEMENINA.

Una foto de mil novecientos sesenta y algunos más. Una foto de un tiempo que, obviamente, no volverá.

Toda una vida en una foto de ayer.