Después de las crecidas y
temporales de los meses de invierno y primavera pasados, bajo el puente sobre
el Cúa quedaron árboles arrastrados por las abundantes aguas de aquellos días.
Aprobadas por el Consejo de Ministros las obras de emergencia para reparar los
daños en la cuenca Miño-Sil, entre otras, es de esperar que pronto veamos
cambiar la actual imagen por la deseada de un cauce limpio.
Aunque las temperaturas no hacen muy apetecible ir a la playa fluvial, sería importante que las labores de
limpieza se hicieran cuanto antes; no ocurra, como otros años, en los que éstas se llevaron a cabo justo en los
meses que más gente utilizaba la zona y
las aguas turbias impedían el baño.
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