sábado, 21 de noviembre de 2015

El otro clásico se jugó en Cacabelos



Foto de familia final: los naranjas son Pinturas Alfredo y los verdes, por lo tanto, Búcaro.


La pasada tarde todos los ojos estaban puestos en lo que sucedía en el Bernabéu con el resultado final que la mayoría ya conocéis y que yo soy incapaz de poner por escrito.
¿Todos miraban hacia el Bernabéu? No, unos pocos estaban pendientes de lo que sucedía en el pabellón deportivo de Cacabelos. Allí se disputaba el clásico local: Pinturas Alfredo Núñez-Búcaro. Después de diecisiete años –hasta el bar Búcaro que da nombre a unos de los equipos ya desapareció hace años- ambos equipos se siguen enfrentando –es un decir- en verano y a finales de otoño.
El de hoy tuvo sus prolegómenos durante la mañana. Jugadores, familiares y amigos hicieron juntos la ronda de vinos; comieron en el Apóstol; jugaron unas partidas al cabrón y…disputaron el partido. ¿El resultado?  3-2 a favor de Pinturas Alfredo Núñez,  aunque quizá sea el dato menos importante  de la jornada (Ocho años llevaban sin ganar los naranjas, me indica un chivato con socarronería).
Después de la ducha retomaron en completa hermandad la ronda de vinos antes de recalar en el mesón Los Arcos para cenar y tomar fuerzas para una noche de fiesta.
Ni los messis ni los ronaldos se lo pasan tan bien como esta pandilla.

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