sábado, 6 de septiembre de 2014

Chalo, un artesano del hierro y del acero



Chalo en una imagen de este último verano

Chalo, Gonzalo Coca Trincado, es un apasionado de la escultura en hierro y acero. Cuando sus obligaciones laborales se lo permiten, se encierra en su taller para dejar volar su imaginación y plasmarla en sus originales obras.
Este cacabelense es el menor de los  hijos varones de Ramón Coca y Luciana Trincado. De los diez hermanos ya faltan dos, Arcadio e Isabel. Comenzó a trabajar a los catorce años:
-Sólo estuve un año en el Instituto, el año de su inauguración. Fui al taller de Carraco y El Rubio en calidad de aprendiz de forja y  soldadura.
Imagen de una de las últimas obras de Chalo
En  aquellos inicios profesionales ya se despertaron sus inquietudes artesanales. Casi a modo de juego o de entretenimiento realizaba  algunas piezas ajenas al trabajo cotidiano de golpear o soldar barras y chapas de hierro. Recuerda, a pesar del mucho tiempo pasado, los primeros:
-Una lámpara de hierro para don Santos (uno de los médicos de Cacabelos del siglo pasado). Hice también algunos apliques de pared para bombillas y macetas. Y un farol que estuvo en la fachada de la casa de Prada en la Casería.
A los diecisiete años comienza su periplo profesional como soldador: Ferrol, Bilbao, Madrid, Barcelona y finalmente-ya son veintisiete años de residencia-Vitoria.
En la capital vasca es donde más ha podido desarrollar la faceta creadora. El hierro y el acero son domados por las expertas y solícitas manos de Chalo para convertirse en insólitos e, incluso, misteriosas piezas artesanas.

El acero y el hierro domados por Chalo


-¿Quién te ha enseñado y cómo desarrollas cada trabajo?
-Todo está basado en mi experiencia. Desde el principio sigo mis dictados. Tengo una idea preconcebida y me pongo a trabajar, pero nunca logras que salga aquello que pensaste al principio, la idea original se desvanece y van surgiendo otras. Voy aprendiendo técnicas nuevas para labrarlo, para resolver las pegas…la experiencia te enseña mucho.
En el País Vasco y Navarra grandes escultores como Jorge de Oteiza, Eduardo Chillida, Néstor Basterretxea o Ricardo Ugarte han proyectado una gran parte de su obra a base de hierro y acero. ¿Te identificas con alguno o te han servido de inspiración?
-No me identifico con ninguno en particular, algo con Oteiza, pero yo sigo mi camino original. Me gusta Basterretxea, pero el que más me gusta es el catalán José Mª Subirats, el escultor de la fachada  y las puertas del Santuario de la Virgen del Camino.
A la vez que concluye sus vacaciones, da los últimos toques a lo últimos trabajos que se trae entre manos y que ha venido gestando en Cacabelos. Unas piezas que se unirán a las que esperan en Vitoria y que algún día, deseamos, se podrán contemplar en nuestro pueblo.



1 comentario:

  1. Orgullosa de las esculturas de mi tío ,ya que desconocía su gran talento, adelante que llegarás lejos y gracias a Carlos por poder darnos a conocer tantas noticias de Cacabelos ,a los que estamos lejos,un saludo desde Tarragona.

    ResponderEliminar