miércoles, 25 de junio de 2014

Imágenes y recuerdos de Cacabelos (CVII)




UN DOMINGO CUALQUIERA EN LA PLAZA MAYOR 

Antonio Esteban González
 
Tal vez aquel domingo no fuese un domingo cualquiera  -o quizás, ni siquiera, fuese domingo y el calendario  señalase un Lunes de Pascua-  para estos cinco mozos que escuchan, atentamente a “Negrín” Trigales. (En realidad, a “Negrín” Trigales lo escuchan solamente tres de sus amigos porque Negrín parece  -nos parece-  que está cantando aquello de “las barandillas del puente se menean cuando paso, a ti solita yo quiero, a las demás no hago caso” o lo que se solía cantar en la villa: “Al llegar a Cacabelos, lo primero que se ve: la Virgen de las Angustias y los molinos, al pie”. Y “Negrín” si es que lo cantaba, lo cantaría con voz recia y varonil. O tal vez no cantase nada y tratase de explicar algo. Habría, en todo caso, que preguntárselo a él.
Lo que sí sabemos es que Santiago  -el hermano de Amílcar-  estaba más ocupado mirando la cámara de Quico, el “Curioso”, enfundado en una gabardina moderna  - a las gabardinas modernas, en aquel entonces se les llamaba “trincheras” y Carlitos, el “Gallo” que ya apuntaba maneras dándole al balón aún no sabía que el destino lo llevaría a jugar en el deportivo de La Coruña, cuando el deportivo aún  no era “Depor”. Tampoco sabemos qué pensaban  Roberto “Lizáfaro” y Ernesto.
Y  llegó el futuro y no cambió el entorno que rodeaba a los cinco amigos. Ahí siguen los bancos de madera que han conocido soles y vientos y los árboles se han hecho adultos. Ya nada es igual, aunque parezca aquel ayer de una foto sin fecha sea igual al hoy. Ni siquiera ellos mismos son los mismos: ni Santiago es el mismo ni Carlos es el mismo ni Roberto ni “Negrín” ni Ernesto.
Ojalá, si llegan a ver esta foto, no sientan la nostalgia rondándoles el corazón porque la nostalgia, a veces, es mala consejera.

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