jueves, 19 de diciembre de 2013

Una Navidad de hace treinta años

El Parque en los años ochenta




     Aquel mes de diciembre de 1983 Cacabelos anunciaba las Navidades con la iluminación de uno de los pinos más altos del Parque. Anteriormente apenas se adornaban las calles y plazas  por obra del Ayuntamiento. Eran los comerciantes y algunos vecinos los que daban colorido a sus establecimientos y balcones. Nada comparable con la actualidad.
      Cómo olvidar  los escaparates repletos de juguetes de Rafael, Lupe, Mero o Garnelo, cuyas lunas quedaban marcadas por las babas y las huellas de los niños ensimismados ante el espectáculo. O las engalanadas culebras (¿anguilas?) de mazapán enroscadas en sí mismas dentro de sus cajas redondas de la confitería La Golondrina en los soportales de la Plaza Mayor.
     Antes de iniciarse las fiestas Cacabelos había vivido dos importantes acontecimientos: la inauguración del Museo Local de la Villa y la Semana Cultural.  
     El Museo se instaló en el sótano del Ayuntamiento en una sala rehabilitada para tal efecto. Volvía así a sus orígenes, cuando años atrás los promotores, Eumenio García y otros miembros de la Peña del Pedrusco, utilizaron la antigua cárcel del anterior edificio consistorial. Era entonces el alcalde Santos Uría Cascallana, quien recordó durante la ceremonia de inauguración los primeros pasos de la colección y manifestó el orgullo que sentía al poder ofrecer esa obra fruto del esfuerzo del vecindario y a una aportación del Ministerio de Cultura.
      En los días cercanos a la Nochebuena se celebró una de las excepcionales semanas culturales que programaba el Ayuntamiento. En la de 1983, entre otras destacadas personalidades del mundo de la cultura, brillaba la figura del pintor cacabelense Pepe Carralero.
      Desgraciadamente no todo fueron buenas noticias. La inesperada muerte de la niña Mª Ángeles Álvarez Pombo llenaba de dolor el corazón de sus padres a los que una multitud de cacabelenses consternados acompañó en los funerales.
     La poetisa cacabelense Manuela López ponía su especial acento en fechas tan entrañables y  aportaba su fe y sensibilidad en una poesía creada para ser disfrutada en Navidad:
El Niño tiembla de frío
como una hoja temprana
donde se acuesta la luna.
Le da calor una vaca
con el vaho de su aliento,
también la mulilla parda.
Caracolitas sus manos,
luz y sueño la mirada,
¡cuánta azucena perdida
en la camita de pajas!...
Su risa, que da al camino,
la recoge la mañana
y la entrega a los pastores
en la majada.
(...)

2 comentarios:

  1. Cada Reyes recibía, a parte de los juguetes, una culebra de mazapán de la confitería de Mercedes. Cómo me gustaba mirar los escaparates de Lita, Mero, Rafael..Me acuerdo de esa nevada porque guardo una foto similar.

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  2. Recuerdo de pequeña pasar por los escaparates de Lita,Rafael,Mourelo y ver todos esos juguetes y el día de Reyes ver los escaparates vacíos.Qué pena q llegaran esos grandes hipermercafos....También recuerdo el Belén viviente de Prada ,eso sí q era un Belén

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