Lemuel Quiroga en su última exposición en el MARCA de Cacabelos |
Sí, otro más para agregarse a la ya larga lista de pintores
cacabelenses. No quisiera pecar de exagerado, pero ¿habrá otro lugar
en el mundo que proporcionalmente al número de habitantes haya dado tantos
pintores en los últimos setenta años? Y no me refiero a pintores aficionados,
que también los tenemos aquí y buenos, me refiero artistas consagrados y de reconocido prestigio fuera de nuestras
fronteras. Recordad a los hermanos Carralero ( Pepe y Rafael), a Cotado, a
Luis, a Peñamil, a Omar, a Mourelo, a
Pablo Caurel, a José Udaondo…y otros más que ahora no me vienen a la memoria.
Algún vaho desconocido insuflará en las manos de tantos paisanos nuestros la vena
artística de la pintura.
Y esa vena, desde luego, irriga copiosamente a Lemuel
Quiroga González. Sin cumplir aún su primer cuarto de siglo ya se está haciendo
notar en el difícil mundo del arte.
El primer recuerdo como pintor que tengo de Lemuel es el de
una tarde de verano en la Iglesia de Pieros. Apenas era un adolescente y ya
estaba encargado de enseñar el templo a los posibles visitantes. Como estos más
bien eran escasos, ni siquiera existía señal alguna indicando su ubicación, el
cicerone, con todos sus bártulos, aprovechaba el tiempo para pintar cobijado en
el fresco interior.
-Allí te encontré tratando de comunicarte con un maduro
peregrino francés muy interesado por lo que pintabas en aquel momento.
-Sí, lo recuerdo. Era un señor francés, FranÇois,
que elogió mucho el cuadro. Se lo regalé y él me envió posteriormente un
libro de pintura.
-¿Recuerdas a qué edad comenzaste a pintar?
-Pintar,
pintar, agarrar un pincel con la mano, a los once años.
-Pero seguramente mucho antes ya manifestarías tus dotes.
- Lo más antiguo, creo, fue una pequeña historieta, muy fantástica, que
dibujé cuando tenía entre tres y cuatro años. Se trataba de una piña que vivía
en una casa y esa casa también era una piña. Yo sólo hice los dibujos, aún no
escribía, y le dicté el texto a mi
madre. Lo tiene guardado.
Toda la vida de Lemuel, hasta su marcha a la Universidad, ha
transcurrido en Cacabelos. Aquí realizó sus estudios de Primaria en el C.P.
“Virgen de la Quinta Angustia” y posteriormente los de ESO y el Bachiller en el
Instituto “Bergidum Flavium”.
"En lontananza" óleo sobre lienzo |
-Aparte de las consabidas clases de dibujo y plástica de
ambos centros, ¿recibiste alguna formación específica en otros centros?
-A los once años me apuntaron mis padres al estudio de Fren, en
Ponferrada, donde daban clase dos hijas suyas. Más tarde acudí a unas clases
que daba José Udaondo por las tardes en el Instituto. Ya era un poco mayor y
Udaondo me daba más libertad, no era sólo copiar.
Tengo un buen recuerdo de Jimy, un profesor de plástica que estuvo en el Instituto. De todos los
profesores se aprende. Los apuntes de Historia del Arte que nos dio Manolo el
de Historia(Manuel Rodríguez Jorge) me sirvieron para la carrera en Salamanca,
era muy profundo. Hasta nos
decía en clase el nombre del bisabuelo del arquitecto del Partenón de Atenas.
En el viaje de estudios a Italia, me llamó mucho la atención
por el interés que ponía a las explicaciones en todos los lugares que visitamos
y como iba haciendo acopio de libros específicos de ellos, siempre salía
cargado con varios al finalizar.
-Me
interesaba mucho todo lo que vimos. Al entrar en la primera sala de los Museos
Vaticanos me emocioné al contemplar la amplitud y la cantidad de obras que allí
había, pero después me sentí un poco frustrado porque la visita era muy rápida,
dejábamos salas casi sin ver(le recuerdo que, para hacer un recorrido como él
desearía, se necesitan varios días para observar todo lo que allí se
guarda). Compraba para poder tener yo
en casa la posibilidad de ampliar lo visto. Algunos me los recomendaste comprar
tú mismo.
Lemuel paseando por Florencia en 2004 |
-¿Tenías clara la idea de estudiar Bellas Artes?
-Dudé al
finalizar el Bachiller en qué matricularme. También me gusta mucho la Historia.
En algún momento me pasó por la mente hacer Veterinaria, pero esta carrera la
deseché enseguida. Finalmente prevaleció Bellas Artes.
-¿Por qué elegiste ir a Salamanca?¿Tenías información que
allí tendrías profesores de Cacabelos?
-No, no sabía nada. Es más, estuve dudando si ir a Pontevedra. ¿Te
acuerdas de Xosé, el profesor de gallego? Me llevó hasta Pontevedra para que
conociese la escuela y el ambiente de allí. En la decisión de ir a Salamanca
también influyó la información que me dio don Jesús.
-Apruebas la selectividad y te vas a tierras charras.
-Bueno, estuve preocupado un tiempo porque previamente tenía que pasar
una prueba para ser admitido en Bellas Artes.
Sin embargo la pasé sin problemas. Hice los tres primeros años de
comunes y el 3º y 4º de pintura, mi especialidad.
-¿Muchas dificultades?
-Desde el primer día te das cuenta de las carencias que
tienes y de la necesidad de acudir a clase para aprender de todos los
profesores.
Por la Facultad de Bellas Artes de Salamanca han pasado ya,
anteriormente, varios cacabelenses como alumnos y actualmente imparten clase
también dos profesores oriundos de nuestro pueblo.
-¿Se nota el poder de los cacabelenses en aquella facultad?
-No, no te creas. Rafael Carralero tardó mucho tiempo en
saber que yo era de Cacabelos. En tercer curso me dio clase Mourelo, tengo muy
buen recuerdo de él. Rafael me dio clase el penúltimo año, de paisaje. Lo recuerdo
como un profesor muy accesible. Fomentó mucho la relación entre los miembros
del grupo.
En Cacabelos hemos tenido la suerte de ir siguiendo la
evolución pictórica de Lemuel. Y en 2006 presentó su primera exposición
individual en el Museo de San Roque con unos óleos llenos de color dedicados al
Camino de Santiago a su paso por nuestro pueblo. Repetirá con nuevas muestras
de su trabajo en 2008 y en La Moncloa en 2009, en esta ocasión en una
exposición colectiva donde ya se aprecia notablemente la formación y el
despegue de su nueva pintura.
- Sí, expuse con Dory Bello y Daniel Marabel. Y
traje una amalgama de cuadros realistas y otros abstractos.
El año pasado se alzó con el Premio de Pintura Rápida en la
Plaza de Toros de León y este año podría haber conseguido otro similar limitado
al municipio de La Bañeza; pero, ya se sabe, los artistas viven despistados y
en su mundo. No creen en fronteras ni las ven. Pintó fuera del término
municipal. Consecuencia: descalificado.
Esta anécdota la cuenta Lemuel con la salsa que le añade la
propia seriedad que aparenta.
-Durante tus años de licenciatura no has parado: Casa de
Cultura de Ponferrada, Segovia, Salamanca, Zamora...y, verano de 2012,
Cacabelos de nuevo. Esta vez en el Marca nos enseñas tu “Tierra quemada”
que está cubriéndote de elogios por
parte de la crítica. Son óleos sobre tela, óleos sobre tabla y grafitos que nos
muestran el momento actual del Lemuel pintor. ¿Qué es Tierra quemada?
-El título es la referencia a la técnica que uso en
alguna obra, la encáustica. Por el color, el fuego, hay que quemarlo, es como
si lo hornearas. Y los temas son un ensayo de la visión del campo abandonado,
desolado y el amor a la tierra con todo lo que habita en ella. Es un doble
juego. Mediante el color y la forma genero esa carga de subjetividad que lleva
la pintura. Pero no busques ni quimeras ni cábalas místicas, para nada.
Nosotros sí que te buscaremos.
Para ampliar la información sobre Lemuel: http://lemuelquiroga.blogspot.com.es/ (blog personal) y www.revistaimprescindibles.com (revista digital donde colabora)
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