sábado, 18 de agosto de 2012

Ochenta años de fútbol cacabelense nos contemplan


Este sería el mejor título para la fotografía que encabeza esta entrada.  Una fotografía  tomada en la mañana de ayer delante de la estatua del vendimiador en el mismísimo corazón de Cacabelos. Y también en el corazón de muchos cacabelenses permanece el recuerdo de estos veteranos de la Unión Deportiva Cacabelense.
Gracias al interés tomado por Ricardo, Relojero, se pudieron reunir en una nostálgica y  divertida comida varias generaciones de jugadores que militaron en las filas del equipo más representativo de nuestro pueblo. Nostálgica por la añoranza  de unos años magníficos y por el recuerdo de los compañeros ya desaparecidos. Y divertida por el buen ambiente reinante entre todos y por la cantidad de las sabrosas anécdotas que unos y otros fueron narrando a lo largo de la comilona(desde luego no fue una pitanza propia para deportistas).
Seguramente los lectores más veteranos reconoceréis a muchos y los más jóvenes apenas ya habréis oído hablar de ellos. Para unos y otros recordaremos sus nombres:
De pie en la fila de atrás y de izquierda a derecha: Sindo Quiroga, Paco el de Tila, Paco de la Ruta, Coca, Batalla, Ricardo Relojero, José María, Tinín, Vallano, Rubio y Laudino.
De pie segunda fila: Toño el don Arsenio, Tinín, Dario, Banderas, Tirso, Tin, Pablo Canuta, Enrique, Nino Cubelos, Luis Gallego, Carlos el Gallo y Quino.
Agachados y sentado: Pepé, Negrín y Albertín.
¡Cuánto fútbol transitó por sus botas! ¡Cuántas historias!
Nino Cubelos entrega la camiseta a un emocionado Ricardo
 
Unos y otros recordaban aquellos interminables y difíciles  viajes invernales que en ocasiones provocaban llegar con  apenas unos minutos de antelación al partido. El más grabado en la mente de todos, sin duda, fue aquel en el que debieron abandonar a causa de la nieve el autobús en Torre del Bierzo, tomar un tren hasta Miranda de Ebro. En esa localidad burgalesa pasaron la noche en la estación esperando a otro que les dejaría por la mañana en Bilbao. Seguidamente se pusieron en camino  hacia Erandio para disputar allí un partido glorioso: 1-4 resultado final.
Entre bromas y no bromas algunos acusaron a dos “pollos” de viajar siempre en el autobús con sendos trajes perfectamente colgados de sus perchas. Preparados, afirmaron los acusadores, para estar en los hoteles en perfecto estado de revista por si hubiese alguna oportunidad de ligar(así se decía entonces) con alguna chica de la localidad o huésped del mismo establecimiento.
Sonado debió ser, y no sólo en la expedición de la Unión, aquel viaje, que antes de llegar a su destino, debió abandonar el mister a causa de los índices alcohólicos que manifestaba claramente mantener su riego sanguíneo.
Impresionante, para los espectadores del Sardinero, fue también un calentamiento llevado a cabo por Prada en una de las bandas del campo santanderino. Recordaban durante la comida las veloces y largas carreras que realizó, además de acompañar aquella demostración de poderío con un sin fin de piruetas, contorsiones y saltos que hacían presagiar la entrada de un fenómeno al césped. Boquiabierto y expectante esperaba el público. Después quedó defraudado, afirmaron entre risas estos veteranos.
También rieron recordando su paso por la localidad palentina de Aguilar de Campoo. Pernoctaron en un hotel(¿Valentín?) con una sala de fiestas. Aquella noche actuaba un famoso trío musical, Los Mismos, en el local. El equipo disfrutó de la velada. Y a partir de entonces, comentaron, cuando preguntaban al entrenador quienes iban a jugar el próximo partido, éste contestaba sin dudar:
-¡Los mismos!
Con Ricardo posan Laudy Luso
 
La tarde se fue prolongando sin un momento de silencio. Comentarios, anécdotas, recuerdos se sucedieron sin cesar.
Ricardo obsequió a todos los presentes con una insignia(ahora le llaman pin, ya veis) de plata con el escudo de la Unión. Él a su vez recibió de manos de Nino Cubelos una camiseta de la Deportiva Ponferradina con el nombre de Ricardo y con el número ocho, recuerdo de su pasado por el equipo de la capital berciana.
Todos se despidieron felices y con el deseo de celebrar el próximo año un encuentro similar.

1 comentario:

  1. fgran post si seor, me encanta carlos la cacabelense, que grande cuentan en mi pueblo que Tirso ahi lo tienes en esa segnda fila pudo llegar a ser un gran jugador y que no salio del pueblo por el amor a esa cacabelense, vaya que grande eres y que grande post me alegro de ver a Tirso por tu blog y creo que Dario tambien es paisano mio, viva Carracedelo y la cacabelense

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