martes, 17 de julio de 2012

Se asoma a mi ventana... José Regueira Ramos


LA FAMILIA CEREZALES LAFORET Y EL BIERZO
José Regueira Ramos
A los lectores de Cacabelos. ¿Abrió la Biblioteca? Ocasionalmente, yo también soy lector de esa Biblioteca.

Tenemos un vecino aquí por el Sur con ascendencia y apellido bercianos. Se llama Manuel Cerezales. Su padre, del mismo nombre, era oriundo de Balboa, donde  abundan las familias con este apellido, que yo sólo he conocido en el Bierzo. Parece que tiene relación con los abundantes y magníficos cerezos que históricamente se han dado en la comarca y concretamente en Balboa, donde al parecer un cerezal no es (o al menos no es sólo) una finca de cerezos, sino que se llama así al propio árbol de las cerezas. Al menos alguno de estos Cerezales de Balboa son parientes en algún grado de los cinco hermanos Cerezales Laforet y siguen teniendo relación con ellos, bien en el Bierzo o en Madrid. Con alguno de los hermanos he hablado en más de una ocasión de este origen berciano de la familia.
            Manuel Cerezales, afincado en Madrid, fue un destacado editor en los años cuarenta del siglo pasado. Fue también escritor y periodista, profesión que ejerció en distintos medios, habiendo sido director de destacados periódicos de la época como el España de Tánger o el Faro de Vigo, que actualmente es el decano de los periódicos españoles. En su etapa de director de este periódico, en los años sesenta, aglutinó en torno al mismo a buena parte de los mejores escritores gallegos de la época como José María Castroviejo, Álvarez Blázquez, Fernández del Riego, Valentín Paz-Andrade o Álvaro Cunqueiro, que con Cerezales fue subdirector y luego le sucedió en la dirección. También publicaron en El Faro algunos poetas, como el villafranquino afincado en Vigo, Ramón González-Alegre, que tiene una estatua en la Alameda de su pueblo natal.
            En la  etapa de editor de Cerezales, en el año 1944 se le presentó una jovencita de 22 años con la pretensión de editar su primera novela. Cuando leyó el original, Cerezales no podía creer que aquella magnífica novela la hubiera escrito una chica tan joven. Como ése no era el tipo de libros que editaba Cerezales, le aconsejó que la presentase a un premio de nueva creación que había convocado Destino, que entonces era todavía una revista y que pronto se convertiría en editorial. Para ello la orientó en el sentido de acoplar la novela a las exigencias de las bases del nuevo premio e incluso adaptarlo a las rigurosas exigencias de la censura de la época. Cuando los convocantes leyeron la novela, se asombraron de que la hubiese escrito una chica tan joven. Vieron en ella una extraordinaria oportunidad editorial para la novela de posguerra y, para sorpresa general, le dieron el premio. Esto originó un enfado monumental en César González Ruano, en la cumbre de su fama literaria y amigo de los editores, pues daba por descontado que el premio sería para él. Ni siquiera quedó finalista. El finalista fue precisamente Álvarez Blázquez, que años más tarde sería colaborador de Faro, bajo la dirección de Cerezales.
            La obra ganadora del Nadal 1945 se llamaba Nada y es una de las obras en lengua castellana más traducida a otros idiomas, junto con El Quijote, La familia de Pascual Duarte y Cien años de soledad. Su autora era Carmen Laforet y la relación con Cerezales pasó del campo editorial al amoroso. Se casaron y tuvieron cinco hijos. El extraordinario e inesperado éxito de Nada cogió por sorpresa a Carmen, que no estaba preparada para la enorme presión editorial y de crítica de que fue objeto. Ella aspiraba a ser escritora pero las exigencias que siguieron a su éxito desbordaron sus expectativas y sus aspiraciones. Como además en poco tiempo tuvo los cinco hijos, la presión editorial y familiar la superó.
Carmen tuvo etapas de baja producción y relaciones que le influyeron notablemente en su forma de ser e incluso en sus convicciones. Especialmente le influyó su gran amistad con Lilí Álvarez, una mujer excepcional en su época, campeona de tenis dos veces finalista en Wimbledon, campeona de esquí e incluso la primera piloto española de carreras. También fue escritora y periodista. A pesar de su vida mundana, tenía un componente de misticismo religioso que le contagió a Carmen Laforet. En este contexto de religiosidad personal escribió Carmen La mujer nueva, cuya acción sitúa en el Bierzo, para lo cual estuvo aquí ambientándose. Los pueblos y lugares que describe, pese a ser ficticios, son perfectamente reconocibles por los lectores bercianos. A Cacabelos, capital berciana del vino, le llama Cascabelos y a sus habitantes cascabeleros.
Dos de sus hijos, Cristina y Agustín son también escritores. Manuel y su pareja colombiana son artistas que llevan una vida tranquila, alejada de los circuitos habituales de agentes y ambientes artísticos. Manuel, además de ser hijo de Manuel Cerezales y Carmen Laforet, es ahijado de Lilí Álvarez y, según sus hermanos, su ojito derecho, quizá porque reencarnaba en su ahijado el único hijo que había tenido y había perdido. No sé si la conjunción de tantos apellidos ilustres en su vida familiar le ha supuesto también una exigencia que, como a su madre, puede haberle superado. Es una persona amable y extraordinariamente correcta que procura pasar inadvertida.
De Carmen Laforet hay editada una magnífica biografía titulada Una mujer en fuga: Biografía de Carmen Laforet, cuya lectura recomiendo a los aficionados a la literatura. Sería un argumento de una magnífica novela. Su hija Cristina también le dedicó un ensayo titulado Música blanca, que es al mismo tiempo que una gran demostración de amor filial, un entrañable relato de la vida de su madre, especialmente de sus largos años de decadencia, en los que el Alzheimer la dejó postrada durante cerca de treinta años, gran parte de los cuales vivió en casa de Cristina.
 Espero que al menos esta biografía y las obras que he citado estén en la Biblioteca municipal de Cacabelos, cuya apertura espero se produzca a la mayor brevedad si todavía no se ha producido. A todos los lectores cacabelenses y especialmente a los asiduos a la Biblioteca dedico especialmente esta entrada en Castroventosa. Yo también soy usuario de esa Biblioteca cuando estoy en Cacabelos.    

2 comentarios:

  1. Gracias dobles: la primra por revelarnos esa conexión berciana de la familia Laforet y la segunda por tu apoyo a la Biblioteca Municipal. Parece que pronto volveremos a poder entrar.

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  2. No conozco la biografía que citas de Carmen Laforet pero durante mucho tiempo estuvo rodeada de un velo misterioso

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