miércoles, 4 de enero de 2012

¡Aguinaldo, aguinaldo!

Mañana volveremos a ver grupos más o menos numerosos de chavales recorriendo las calles de Cacabelos. Irán llamando a las puertas de las viviendas y entrando en los comercios para pedir el aguinaldo. Pocos serán los que se atrevan a cantar previamente alguna de las versiones tradicionales de las canciones típicas de este día. La mayoría últimamente se limita a pedir el aguinaldo, recoger la voluntad del vecino dadivoso y continuar a pedir a otra puerta. Atrás quedaron los tiempos en que la tradición de pedir el aguinaldo estaba muy arraigada entre nosotros. Y no solamente pedían los niños, que ciertamente eran los más participativos, también los jóvenes, y algunos no tanto, se asociaban para al anochecer comenzar la ronda petitoria. Hubo años que la Filarmónica Cacabelense también recorrió nuestras calles reclamando la voluntad en la noche prevía a Reyes. Es curioso como en los últimos años se han ido sumando a la tradición los niños y niñas gitanos, teniendo en cuenta que no suelen participar un ningún otro acto navideño.
Hoy el aguinaldo se da en euros. Monedas de céntimos, de un euro y quizá algún billete menor. Todo lo contrario que en tiempos pasados. Entonces el aguinaldo consistía en un regalo en forma de chorizo, galletas, pastas, higos pasos, etc. Es decir, era un aguinaldo en especie. El grupo  organizaba una buena cena con todo lo reunido y aportaban  los componentes el vino, el orujo y demás combustibles necesarios para pasar la noche.
La palabra aguinaldo deriva de la expresión latina hoc in anno(en este año) usada en el estribillo de canciones populares de fin de año. Posteriormente evolucionó a  expresiones como aguinando o aguilando. Desde 1400 aparece ya la palabra actual como deformación de las anteriores.
Antigua tarjeta de felicitación de los carteros


Para muchos colectivos de trabajadores el aguinaldo suponía un regalo que le otorgaba la empresa en Navidad, ya fuese en metálico o en productos típicos de esa fiesta. Otros, como los empleados de Correos o Telégrafos, repartían unas tarjetas por todas la vecindad felicitando las fiestas y esperando recibir una propina o aguinaldo. Posteriormente se lograría convertir en un derecho del trabajador y pasó a ser la paga extra.



No todos los vecinos mostraban la generosidad que se esperaba de ellos o se hacían los sordos a la llamada. El grupo insistía cantando una y otra vez  los mismos versos. Si el tiempo pasaba y el dueño de la casa no daba señales de vida, llegaba el final de la canción con la amenaza contenida en unos rotundos y escatológicos versos.
En Cacabelos la letra de la canción, según recuerdo y con alguna posible variación, era la siguiente:

Hoy es víspera de Reyes,
primera fiesta del año.
Y entre damas y doncellas
pedimos el aguinaldo.

Aguinaldo, aguinaldo,
señora por Dios,
por el nacimiento del Hijo de Dios.

Que somos cuatro
y entraremos dos.
Si nos da un choricín,
Dios le dé un buen fillín.
Si nos da una androlliña,
Dios le dé una buena filliña.
Aguinaldo, aguinaldo
del kikirikí.
Si no nos da nada,
cagamos aquí.
Y mañana mostrad vuestra generosidad por encima de crisis y demás historias.

2 comentarios:

  1. la verdad que es una tradicion bonita, eso si como bien dices si no se sale de madre por que pedir por pedir... sin nada a cambio desprestigia mucho esta acción.

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  2. Las tradiciones teniamos que mantenerlas,yo recuerdo esta canción....
    Si no dan nada, se puede seguir haciendo.

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