A última hora de la mañana conocía la noticia del fallecimiento de Don Jesús. Ya imaginaba que, dado su estado de salud, su muerte estaba próxima.
La gente mayor que yo sabrá enseguida de quien se trata si le decimos que era un hijo de don Andrés;los de mi edad si les decimos que fue el propietario de la panadería "la espiga de oro" y además, y sobre todo, fue maestro; los más jóvenes tendrán dudas para reconocerlo ya que los últimos años pasaba prácticamente todo el año en Madrid.
Don Jesús era un maestro nunca conforme con la labor realizada.Siempre consideraba que todo podía mejorarse Su esforzaba constantemente para comunicar con sus alumnos, buscaba una y mil formas para lograr enseñar. He sentido siempre admiración por la solidez que demostraba en su ideario y como supo mantenerse fiel a él durante toda su vida. Ha sabido ser un ejemplo de coherencia en unos tiempos en que ésta brilla bastante por su ausencia.
D.E.P.
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