La imagen de la Virgen y detrás el Santuario con el campanario (2015) |
Se cumplirán el próximo miércoles cien años del suceso que horrorizó a toda la
comarca berciana.
El 24 de abril de 1924 era Lunes de Pascua. Cacabelos celebraba la
fiesta de su patrona la Virgen de la Quinta Angustia. El
Santuario y alrededores eran un hervidero de fieles devotos que asistían a misa
y esperaban la salida de la imagen para iniciar la procesión. Todo transcurría
según la tradición. Comenzó el repique de campanas anunciando el momento de aparecer en el exterior y…
(Nos lo cuenta muy bien don Pedro Alonso, el difunto párroco
de Arganza, en su libro “El santuario Nuestra Señora de las Angustias”)
El lunes de Pascua, 24 de abril de 1924, a la salida del Santuario
la imagen de la Virgen acompañada por el numeroso cortejo como es tradicional
al estar solemnizado el acto procesional, coincidió con la caída del badajo de
las campanas sobre la cabeza del párroco de Carracedo del Monasterio, don Justiniano
Escudero Carnero, el cual debido al duro golpe sufrido falleció pocas horas
después, contaba solamente 46 años de edad.
La campana que “perdió” el badajo estuvo castigada durante
unos años a guardar silencio. Recobró años después su función, aunque con otro badajo.
El badajo asesino estuvo guardado en el Santuario. Fue visto por última vez
cuando se estaban realizando las labores de restauración hace unos años.