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| Lui y Teresa |
LUIS
CASCALLANA
Por Antonio Esteban
Siempre digo a mis amigos
que me entusiasma la heráldica y una de sus ramas, la genealogía, que
enseñan la historia de
los apellidos y los escudos de armas.
En mi biblioteca hay un
tomo importante sobre el tema que suelo consultar con frecuencia: BLASONES Y LINAJES DE GALICIA, de José Santiago
Crespo. En este libro encontré datos sobre el apellido CASCALLANA.
Parece ser que los CASCALLANA aparecieron en el siglo XI y
que hubo alguno entre las tropas de
Jaime II -los catalanes escriben Jaume-
, que conquistaron Alicante, Murcia y Elche y que, también, algún CASCALLANA
intervino en Lepanto, como tropa de asalto y abordaje a las órdenes de don Juan de Austria.
Yo no sé si Luis
Cascallana -que aparece aquí con Teresa, su mujer- conocía estos datos sobre su apellido.
Tampoco importa mucho para nuestra historia y no tienen importancia.
Si tiene importancia, al
menos para mí, hablar del percherón de Luis, un caballo que cada tarde, con
paso lento y noble, llevaba él a pastar, calle del Ouro abajo, a un prado
cercano. Yo admiraba la estampa de aquel caballo grande y tranquilo, cuyas
pezuñas golpeaban rítmicamente el suelo.
No sé qué habrá sido de
él. Tal vez lo hayan vendido o quizás -¡quién sabe…¡- fue sacrificado
para carne que, por si no lo sabían, es rica en omega 3.
Y un secreto -es broma y
no se rían-: me encanta la carne de caballo con su sabor dulzón, pero no la
pruebo porque, a lo largo del tiempo, uno , en vez de hablar, relincharía.
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