ONCE: CASI UN EQUIPO
DE FÚTBOL
Por Antonio Estaban González
En ocasiones, -en
contadas ocasiones, por supuesto- a este contador impenitente de historias de
ayer o escribidor porque también se me puede nombrar así- en ocasiones, iba diciendo, no se le ocurren
titulares para encabezar el comentario semanal a una fotografía de ayer bañada
por la pátina del tiempo que le otorga la nostalgia necesaria. En esta ocasión,
casi ha sido así. No encontraba título, pero como en la foto hay once
mozas -o, mejor, diez, más una, porque a
una de ellas no sabemos ubicarla- he
decidido este epígrafe para la sección: ONCE: CASI UN EQUIPO DE FUTBOL
porque once son las mujercitas que se
dejaban fotografiar una tarde de invierno
- imagino que sería invierno ya que, como fondo, lucen unos árboles
descarnados, sin hojas y, ellas, las mozas visten abrigos o chaquetones de
entretiempo y que solían ponerse precisamente en esos momentos que se ha dado
en llamar “entretiempo”.
Y ahí están, en apretado grupo. Arriba: una moza que parece
fumar un puro y que nadie recuerda y, a continuación, Nice Cela, Beatriz -hoy viviendo en Gijón y viuda de un
Luna- Tita, la de Forín -Forín es diminutivo de Telesforo- Julita Cela, hermana de Nice y Maruja
“Cataña” y, abajo, Marisa Palacios, hija de un contable de don Antonio Guerra,
Tesa Garnelo, que vive en La Coruña, Mary, la del factor -Mary, la de don Arsenio- Marujina, casada con Quelín y Esperancita, la
de Agustín el panadero. Y con el puro, Rosa.
Una foto de ayer en la que
-eso creo- todas las
protagonistas -diez, más una desconocida- aún viven y, ojalá, por mucho tiempo, tiempo
que nos acerca a otro tiempo en el que, naturalmente, todas eran más jóvenes y,
seguramente, más felices.
De todas formas, ratifico la que escribí más arriba: ONCE:
CASI UN EQUIPO DE FUTBOL. (Claro que
-pienso ahora- hubiera podido
titular la sección JOVENES Y GUAPAS, porque lo eran y siguen siéndolo).
Nos puede la nostalgia una vez más.