Escudo de la Unión y Deportiva Cacabelense |
Hace pocas horas podíamos leer unas declaraciones muy
paternalistas del seleccionador nacional del fútbol inglés Fabio Capello. En
ellas aconsejaba a uno de sus jugadores, Andy Carroll, beber menos cerveza para
mejorar su nivel deportivo e incluso mejorar también a nivel personal.
Existe casi plena unanimidad a la
hora de afirmar la necesidad de mantener unos comportamientos saludables para
lograr buenas marcas deportivas. Sin embargo la unanimidad se resquebraja
cuando se trata de clasificar en una lista los comportamientos saludables y en
otra los que perjudican el rendimiento deportivo. Ejemplos hay. Selecciones que
celebran una eliminatoria a base de buena cerveza y otras que sólo permiten
brindar con naranjada; seleccionadores que
prohíben terminantemente la presencia de novias o mujeres en
las concentraciones y seleccionadores permisivos en asuntos de sexo porque
consideran su práctica un relax para el deportista.
Nuestra querida Unión Deportiva Cacabelense ya fue pionera
hace años preocupándose no solo de la salud física de sus jugadores sino
también de su salud moral y sus buenas costumbres.
Allá por las temporadas heroicas del 68-69 y 69-70 del
pasado siglo, y militando el equipo en la 3ª División Nacional(hoy equivaldría
a la 2º B), la directiva entregaba por escrito a cada jugador un reglamento
interno de obligado cumplimiento.
El articulo 10 de las obligaciones de los jugadores ya marca
un poco los horarios del jugador:
“-Viernes y sábados deberán retirarse y hallarse en la
cama a las ONCE de la noche(las mayúsculas no son mías, así están escritas)”.
No es que la noche de Cacabelos fuese entonces un tablao
flamenco, pero juergas había, y más para los jugadores que eran muy bien
mirados y agasajados. Casi, casi debían obedecer al refrán: “A las diez, en la
cama estés”. Aunque no dice con quien.
Las normas a seguir en los desplazamientos son claras:
-Artículo 16.- Los desplazamientos constituyen un acto de
servicio para los jugadores. Durante ellos vendrán obligados a presentarse y
conducirse correctísimamente. Toda estridencia será severamente
sancionada.
Así que nada de jaranas y de vestimentas incorrectas. Casi
como en la actualidad. El artículo siguiente incide en el orden y en las buenas
costumbres. ¡Adiós! a las timbas de póquer en los asientos traseros del
autobús:
-Artículo 17.-Queda prohibido terminantemente durante los
desplazamientos todo juego de azar, sea cual sea la fórmula que quiera dársele.
Y que no vengan con trampas, que si un tute nada más, que si unos
dados...
El artículo 18 pretendía mejorar la expresión oral de
nuestros jugadores además de no atentar contra los valores espirituales más
altos:
-Queda igualmente prohibida en todo momento la blasfemia
y palabras malsonantes, así como bromas de mal gusto que puedan afectar a los
compañeros.
Pienso ahora que este artículo era un claro antecedente de
las normas de convivencia que estos últimos años se han ido presentado en los
centros educativos como la gran novedad pedagógica. La Unión se adelantó a
estos tiempos incidiendo en el respeto a los demás: ... que puedan afectar a
los compañeros.
No queda al margen el consumo de sustancias nocivas para la
salud, léase drogas, que también pululaban por este mundo. El artículo 22
sancionaba hasta con 500 ptas.(3 €) su consumo. La misma sanción económica
podía aplicarse al jugador que atentase a la forma física con la observancia
de una vida irregular, y abuso sexual.(¿Qué se consideraría abuso?¿Medio, uno, dos...?)
Como se observará, el reglamento va acotando bien las
conductas “irregulares” de los deportistas.
Las sanciones más graves se cotizaban más altas: entre 500 y
1.500 ptas.¡Qué barbaridad! Entre 3 € y 9€ de multa para quienes contrajesen
cualquier enfermedad venérea(se contemplan todas, no valía decir “Yo solo
un poquito nada más”), la embriaguez total y la frecuencia de lupanares.
A la fuerza aquellos muchachos defendieron tan bravamente
los colores por media España. Debía de ser unos claros ejemplares de
deportistas sanos, castos y educados. Si el descenso de categoría se produjo al
cabo de dos temporadas, no debe achacársele
a una baja forma física, más bien, quiero creer, habrán sido los poderes
fácticos de entonces que envidiarían a un pueblo de cuatro mil habitantes
codeándose con Racing de Santander, Alavés, Bilbao At., Arenas, etc.
P.D. Quiero agradecer a Antonio Batalla, uno de aquellos heroicos jugadores, la copia del reglamento dichoso que le entregaron al llegar a Cacabelos en 1969.
P.D. Quiero agradecer a Antonio Batalla, uno de aquellos heroicos jugadores, la copia del reglamento dichoso que le entregaron al llegar a Cacabelos en 1969.